Remezón ministerial: tanto va el cántaro al agua… | El Nuevo Siglo
Martes, 12 de Abril de 2016

 

Ya parece‘puro cuento’ el que todas las semanas en los círculos políticos se diga que “ahora sí” el presidente Santos aplicará el tal anunciado cambio ministerial.

 

Desde hace seis meses se viene hablando de inminentes movimientos en el gabinete pero semana tras semana ha transcurrido sin que la nómina de altos colaboradores del Gobierno se haya modificado, ni siquiera con la renuncia de Tomas González a la cartera de Minas y Energía, cuando se anunció el riesgo de un racionamiento eléctrico a comienzos de marzo.

 

Como se sabe, de ese despacho fue encargada la ministra de la Presidencia, María Lorena Gutiérrez, y hasta el momento no se ha designado el nuevo titular. Incluso se ha rumorado que a varios expertos en el tema minero-energético a los que se ofreció el cargo no aceptaron debido a que ninguno quería cargar con el alto costo político que significaba un apagón parcial en el país. Desaparecido ya este riesgo -tras el anuncio presidencial de hace semana larga- se abriría, entonces, el panorama para el nombramiento ministerial, muy posiblemente en cabeza de un conservador o, incluso, del fajardista Federico Restrepo.

 

También se asegura entre los ‘gabinetólogos’ que el remezón ministerial estaba supeditado a que el pasado 23 de marzo se hubiera podido suscribir un acuerdo para el fin del conflicto entre el Gobierno y las Farc. Una vez ello ocurriera el presidente Santos procedería a designar un gran “gabinete por la paz” con personalidades y dirigentes del más alto nivel, incluso con origen  partidista más allá de la Unidad Nacional, que podría contemplar hasta excandidatos presidenciales.

 

Esa posibilidad, sin embargo, se aplazó debido a que en La Habana no se pudo cumplir ese plazo del 23 de marzo porque las delegaciones negociadoras se encuentran trabadas en temas relacionados con el cese el fuego y de hostilidades, el cronograma del desarme subversivo y las reglas del juego de las “zonas de ubicación” para concentrar a los contingentes guerrilleros.

 

Tres alternativas

Así las cosas, tres alternativas se estarían barajando en la Casa de Nariño, según analistas. La primera sería mantener la idea del gran “gabinete por la paz”, lo que implicaría que el remezón ministerial se podría aplazar de uno a dos meses más, en espera de que se pueda firmar el acuerdo final con la guerrilla hacia finales de mayo o junio. De ser así, se continuaría hablando de nombres como el de la excandidata presidencial del Polo, Clara López, para la cartera de Trabajo, Agricultura o Cancillería, así como la de un eventual regreso al país de la excandidata y ex secuestrada Ingrid Betancourt.

 

Una segunda alternativa sería aplicar ya el reajuste en no menos de cinco o seis plazas ministeriales, dado que es evidente que hay varios integrantes del gabinete muy desgatados o porque, simple y llanamente, se necesita un recambio en el alto gobierno debido a que la gestión, en su conjunto, se raja drásticamente en las encuestas, con niveles que oscilan en el 20%, al tiempo que la imagen presidencial se mantiene en los rubros más bajos de los casi seis años de mandato Santos.

 

En ese orden de ideas se habla, entonces, de posibles cambios en la cartera de Relaciones Exteriores, de donde saldría María Ángela Holguín, que se concentraría en la negociación de la Habana, y podría ser reemplazada por dirigentes como el exministro Sergio Días Granados, de La U, o el actual director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, del liberalismo entre otros nombres que vienen sonando.

 

De igual manera se afirma que podría salir Juan Fernando Cristo de la cartera del Interior y ser reemplazado por el exalcalde de Medellín Aníbal Gaviria, aunque no se descarta que en el cargo pueda recalar un alto dirigente de La U.

 

También se viene hablando de una posible salida del ministro de Salud, Alejandro Gaviria, quien podría –según otras hipótesis- ir a Hacienda si Mauricio Cárdenas da un paso al costado o es reenviado a Minas y Energía. Se afirma, así mismo, como muy posible el relevo de Mariana Garcés en Cultura, mientras que se rumora insistentemente que Aurelio Iragorri podría dejar Agricultura para encargarse de la Presidencia de La U o, eventualmente, pasar a Cancillería.

 

Tampoco son menores las especulaciones en torno a que saldría Natalia Abello, de Transporte, y llegaría la exalcaldesa de Barranquilla Elsa Noguera, ambas de Cambio Radical. Por la misma línea se indica en muchos corrillos políticos que la titular de Comercio, Cecilia Álvarez, que antes estuvo en Transporte, también saldría del gabinete al considerar su ciclo cumplido. De Luis Eduardo Garzón, en Trabajo, se ha dicho que podría seguir o renunciar para ir a hacer parte,  junto a otros dirigentes de alto nivel, de una especie de “jefatura de campaña” del eventual plebiscito por la paz.

 

Unos pocos

La tercera alternativa que se baraja, según fuentes cercanas alto Gobierno, se dirige a que no habría ningún remezón  grande en el gabinete y que se aplicarían apenas dos o tres cambios, incluyendo el ya obligado de Minas y Energía.

 

Es más, esos movimientos estarían ligados a otros hechos coyunturales como la confección de la terna por parte del Presidente de la República para Fiscal General de la Nación, en donde se da por segura la inclusión del titular de Justicia, el liberal Yesid Reyes, y el exministro Néstor Humberto Martínez, de Cambio Radical. También se habla de que el expresidente Gaviria estaría apoyando una eventual postulación en dicha terna del vicefiscal (y hoy Fiscal General encargado) Jorge Fernando Perdomo, en tanto que la cuota femenina podría estar en cabeza de la llamada gerente jurídica del proceso de paz, Mónica Cifuentes, mano derecha del Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo.

 

También se especula sobre movimientos al interior del gabinete, como podría ser que el ministro-consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, pase a la cartera del Interior. No se descarta, tampoco, que si el Partido Conservador se define, por fin, a reingresar a la coalición de Unidad Nacional, se tenga que aplicar una nueva milimetría ministerial.

 

Como se ve, lo único claro es que al tan anunciado pero nunca concretado remezón ministerial lo que le sobran son sonajeros e hipótesis, y lo que le falta son hechos reales y definitivos.