Las iglesias católica y evangélica exhortaron este viernes al gobierno peruano a diseñar un Plan nacional de búsqueda de personas desaparecidas, que se estima llegan a 15.000, por el conflicto armado contra las guerrillas entre 1980 y 2000.
La exigencia fue planteada en conjunto por primera vez por el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, arzobispo Salvador Piñeiro, y el presidente del Concilio Evangélico de Perú, Enrique Alva.
"Pido a las autoridades y a las instituciones que no olvidemos el dolor de nuestros hermanos, que haya signos de solidaridad para ubicar los restos de las personas desaparecidas que están en fosas", dijo Piñeiro, obispo de Ayacucho, la región donde la guerrilla maoísta Sendero Luminoso inició sus acciones armadas en mayo de 1980.
Alva, del Concilio Evangélico, anotó que la desaparición de las 15.000 personas ha dado lugar al sufrimiento de muchas más personas por lo que "las iglesias no pueden estar al margen, nadie puede ser indolente ante ese dolor".
"En Perú no hay una política nacional de búsqueda de desaparecidos, no hay una búsqueda real y necesitamos agilizar una búsqueda real y efectiva", dijo Dafne Martos, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, que apoya a la fiscalía peruana desde hace más de una década en el tema de desapariciones.
Informes de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) y del Instituto de Medicina Legal señalan que existen en Perú 15.741 desaparecidos en más de 4.000 fosas comunes, muchas de ellas en Ayacucho, donde en algunos lugares hay un sitio de entierro cada tres kilómetros cuadrados.
El conflicto interno iniciado en 1980 por Sendero Luminoso dejó un balance, al cabo de dos décadas, de 69.000 muertos y desaparecidos, según la CVR.