Los campos que reciben a las decenas de miles de personas desplazadas por la violencia entre musulmanes y budistas en el oeste de Birmania ya ha superado su capacidad en términos de alimentación y abrigo, alertó la ONU el martes.
De acuerdo al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la violencia que se radicalizó en octubre entre las etnias rajín (de mayoría budista) y rohingya (musulmanes) ya han desplazado a más de 28.000 personas.
Sin embargo, otras 75.000 personas ya habían sido desplazadas por el brote de violencia de junio. La mayoría de los refugiados rohingyas vive ahora en campos en las afueras de Sittwe, capital del estado birmano de Rajín.
"Con la llegada de nuevas personas, estos campos ya superpoblados han desbordado su capacidad en términos de espacio, abrigo y provisiones básicas, como comida y agua", apuntó la oficina de la ONU.