Si su decisión de realizar un referendo para que los griegos decidieran sobre el salvavidas financiero que le brindará Europa lo puso en el ojo del huracán, su anuncio anoche de que esa consulta popular será para decidir la permanencia en la Eurozona, puso al primer ministro Giorgios Papandreau en el centro de un verdadero tsunami político y económico, tanto al interior al exterior.
Papandreu hizo estas declaraciones tras una reunión de crisis en Cannes en la que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, dieron un ultimatúm a Grecia para que respete las reglas del juego de la Eurozona o la abandone.
"Lo esencial no es la cuestión únicamente del plan (de rescate), sino si queremos permanecer en la Eurozona", declaró el primer ministro griego después de haber sido convocado a una minucumbre en Cannes, en vísperas de la reunión del G20 y añadió que esta consulta popular podría realizarse el 4 de diciembre.
Momentos antes, en una declaración conjunta, Sarkozy y Merkel dijeron que "los griegos deben decidir si continúan la aventura con nosotros o no". En caso positivo, dijo "hay reglas que deben respetarse".
"Si las reglas de juego no son aceptadas, ni la Unión Europea (UE) ni el FMI van a entregar el más mínimo céntimo a Grecia", advirtió Sarkozy en una declaración conjunta con la canciller alemana, tras una minicumbre convocada urgentemente después de la decisión de Papandreu de llamar a un referéndum sobre el plan de rescate de su país, aprobado hace una semana en Bruselas.
Sarkozy y Merkel convocaron a Papandreu para que diera explicaciones sobre esta sorpresiva decisión que hace peligrar no sólo el paquete de medidas adoptado con muchas dificultades el pasado jueves en Bruselas, sino la propia permanencia de Grecia en la zona euro y con ella su quiebra.
Antes de este encuentro, Sarkozy y Merkel se reunieron en una minicumbre con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, y las máximas autoridades europeas, Herman Van Rompuy y José Manuel Barroso, así como el jefe de filas del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.
Tras el nuevo anuncio griego, los principales dirigentes europeos dieron un ultimátum a ese país para que decida si se queda o se va de la zona euro, y bloquearon una nueva ayuda vital para la supervivencia económica del país heleno.
"Esperamos proseguir Europa con nuestros amigos griegos", pero "deben decidir si continúan la aventura con nosotros o no", reiteró el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Grecia esperaba recibir en los próximos días 8.000 millones de euros correspondientes al sexto y último tramo del crédito de 110.000 millones de euros concedidos por la Unión Europea y el FMI en mayo del pasado año, vitales para pagar pensiones y salarios antes de finales de año.
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo por su parte que la continuidad del préstamo a Grecia está vinculada al resultado del referéndum.
El anuncio ha caído como una bomba en los mercados, que el martes sufrieron enormes pérdidas aunque ayer se recuperaron un poco cerrando en verde.
No obstante, el fondo de rescate europeo se vio obligado a anular una emisión de bonos por la que preveía captar 3.000 millones de euros (4.100 millones de dólares) para Irlanda, debido al "deterioro de las condiciones en los mercados", indicó Christof Roche, portavoz del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
AFP