El expresidente francés Nicolas Sarkozy pidió el jueves, tres días antes de las elecciones europeas en Francia, una reforma de la política europea de inmigración y una reducción de las atribuciones de Bruselas, en un artículo publicado en la prensa.

En Francia, los medios de información suelen llamar "tarjetas postales" a este tipo de artículos. Retirado desde su derrota en la elección presidencial de 2012 frente al socialista François Hollande, Sarkozy toma la palabra sobre un tema u otro a intervalos irregulares, y cada vez estas intervenciones reactivan las especulaciones sobre su candidatura a la presidencial de 2017.

La última de esas "tarjetas" fue publicada el jueves por el semanario francés Le Point y el diario alemán Die Welt. En ella, aborda la inmigración, tema dilecto del ultraderechista Frente Nacional, al que algunos sondeos dan como vencedor en los comicios europeos, en los que se espera que la abstención bata récords.

En su artículo, el expresidente afirma que comprende la "exasperación" y la "cólera" de los franceses respecto a la UE.

Ante "el fracaso inapelable" de la "cuestión esencial de los flujos migratorios", propuso que se suspenda el acuerdo de Schengen para reemplazarlo por "un Schengen II", al que los países miembros sólo podrían adherir tras haber adoptado una política común de inmigración.

"No hemos querido una Europa para que sea organizado un 'dumping' social y migratorio en detrimento casi sistemático de Francia", afirmó. "¡Si no reaccionamos rápidamente en los años que vienen, es nuestro pacto social el que estallará!", sentenció.

Nicolas Sarkozy se pronunció a favor "de la creación de una gran zona económica franco-alemana, coherente y estable, en el corazón de la zona euro".

- Reducir los poderes de Bruselas -

Además, según Sarkozy, hay que suprimir al menos "la mitad de las actuales" atribuciones de Bruselas y devolverlas a los Estados nacionales.

La "gran zona económica francoalemana", a la que anhela y hace referencia, "nos permitirá defender mejor nuestros intereses ante la competencia alemana, eliminando nuestras desventajas fiscales y sociales, y nos permitirá enseguida tomar el liderazgo de los 18 países que integran nuestra unión monetaria", sostuvo.

Cuando los poderes otorgados a Bruselas son blanco permanente de denuncias tanto en la derecha como en la izquierda, Sarkozy afirmó que "es necesario actuar de manera drástica y suprimir no menos de la mitad de las actuales competencias comunitarias, que mañana tendrán que ser asumidas por los Estados nacionales, reagrupando las competencias europeas en apenas una docena de políticas prioritarias y fundacionales: la industria, la agricultura, la competencia, las negociaciones comerciales, la energía, la investigación...".

Tras pedir tal reducción de poderes, el expresidente hizo el elogio de la "Europa de la paz", que "no es una fórmula hueca", sino algo que protege a la Unión Europea, estimó.

"Otro gran mérito" de Europa es que nos protege "de los excesos ideológicos de nuestros líderes y de la mayoría de quienes los apoyan", añadió.

"Si la Unión Europea despareciese, el odio y los conflictos de interés resurgirían con una violencia redoblada", advirtió.

"Debemos ser europeos y franceses", dijo Sarkozy, que no llamó empero a votar por su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP, derecha), zarandeado por varios escándalos y del que varios responsables están implicados en casos judiciales. El nombre del expresidente es también citado en varios de esos casos.

Sucesor en la presidencia francesa de Jacques Chirac, Sarkozy ocupó el palacio del Elíseo entre mayo de 2007 y mayo de 2012, cuando fue derrotado en la elección presidencial por Hollande.