Tres versiones circularon el miércoles, durante el día, frente a cómo le fue notificada a Petro la decisión del presidente Juan Manuel Santos en torno del fallo de destitución dictado por la Procuraduría contra el burgomaestre capitalino. Primero se dijo que Petro había llamado a la Casa de Nariño pidiendo una cita urgente con el Jefe de Estado, con el fin de solicitarle personalmente que el Gobierno acatara las medidas cautelares que había solicitado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Sin embargo, esa reunión no se habría concretado porque Santos estuvo en la mañana reunido con bancadas parlamentarias del conservatismo y el liberalismo.
¿La carrera?
Es más, hasta se alcanzó a decir en círculos cercanos a la sede presidencial que la urgencia de Petro también estaba motivada porque el procurador Alejandro Ordóñezhabía pedido a Santos una cita urgente para hablar sobre la remisión del fallo de destitución del alcalde o incluso para entregárselo personalmente. Era evidente que al Alcalde le urgía hablar primero con Santos para exponerle sus respectivos criterios. En primera parte de la tarde tampoco se pudo concretar la reunión porque Santos estuvo varias horas reunido con su equipo jurídico analizando qué hacer, precisamente, frente al caso Petro.
Tampoco fue así
Una segunda versión que circuló es que Santos y Petro sí hablaron, pero por teléfono, al cierre de la tarde y que en el marco de esa conversación el Presidente le había comunicado oficialmente al Alcalde que había decidido no aceptar las medidas cautelares de la CIDH y que, en consecuencia, procedería, comunicado ya por la Procuraduría el fallo sancionatorio, a emitir el respectivo decreto sacándolo del cargo, determinación que estaba listo a anunciar ante el país en una alocución desde la Casa de Nariño.
Esta sí fue
La tercera versión, que resultó ser la acertada, indicó que al cierre de la tarde Petro fue citado a la Casa de Nariño y arribó allí sin que los periodistas que cubren la información de la sede presidencial se hubieran percatado de su presencia y que salió en igual forma. Se reunieron en el despacho presidencial con la canciller María Ángela Holguín y el ministro Rafael Pardo como testigos de excepción. De acuerdo con la alta funcionaria, la conversación fue tensa y Santos le explicó al Alcalde por qué no aceptaría las medidas cautelares y su decisión de proceder a emitir el decreto de destitución. El ya para esa hora de la tarde alcalde saliente le replicó al Presidente que no estaba de acuerdo y tras ello se retiró de la Casa de Nariño.
No cayó bien
En los pasillos de la Casa de Nariño se especula que no le cayó nada bien al Jefe de Estado y su equipo jurídico que hacia el mediodía del miércoles, precisamente cuando Santos estaba analizando cómo responder a la CIDH sobre el caso Petro, el vicepresidente Angelino Garzón, en lugar de comunicar su postura de manera privada al Jefe de Estado, prefirió enviarle una carta abierta y pública, constituyéndose así en un eje de presión que no era necesario en medio de una situación ya tensionante.