Ojo a los subsidios (I)
El senador uribista Nicolás Pérez dio un campanazo de alerta sobre el tema de los subsidios, señalando que lejos de caer en extremos a favor o en contra de estos programas, se debe encontrar un punto medio que permita auxiliar a los más vulnerables sin que haya consecuencias negativas a mediano plazo. Para sustentar su tesis trajo a colación lo que está ocurriendo en los últimos meses en Estados Unidos “y que ciertamente se puede llegar a replicar en Colombia”. De acuerdo con Pérez, desde que inició la pandemia el Gobierno Federal, primero con Trump y después con Biden, estableció un auxilio de desempleo para contrarrestar el aumento del 3.5% al 14.8% de personas sin trabajo a raíz de los confinamientos. Inicialmente el programa iba de marzo a diciembre de 2020, pero ya ha tenido dos prórrogas. La primera hasta marzo y la segunda hasta septiembre de este año.
Ojo a los subsidios (II)
Hasta ahí todo parece bien pero luego se complica. De acuerdo con la columna semanal del congresista del Centro Democrático publicada en el portal web del partido, los estadounidenses sin trabajo actualmente están recibiendo 300 dólares semanales provenientes del presupuesto Federal, a los cuales hay que sumarles un promedio de 318 adicionales que entregan los Estados en donde viven. “Como resultado, el subsidio total que le llega a los desempleados ronda los 618 dólares semanales y 2.472 dólares mensuales, cifra que duplica los 1.256 dólares que recibe al mes un trabajador que labore 40 horas semanales y perciba el salario mínimo federal de 7,25 dólares por hora”, precisó.
Ojo a los subsidios (III)
Pérez sostiene que “… esta situación ha generado un impacto considerable en el mercado laboral, dado que las empresas no están encontrando personas que quieran trabajar como meseros, vendedores, manufactureros y, en general, todo el conjunto de actividades de cuello azul, a tal punto que en casi todos los restaurantes y tiendas del país se ven carteles de “now hiring”, o sea, ofreciendo puestos sin éxito”. Una de las respuestas -dijo- a esta situación ha sido que las grandes compañías están aumentando el salario con que contratan, de forma tal que logren atraer personal. Sin embargo, eso acarrea dos problemas. El primero es que las micro, pequeñas y algunas medianas empresas no tienen el músculo financiero para hacerlo. El segundo, es un aumento en la inflación consecuencia del alza en los costos de producción, lo cual ya se está dando en suelo americano, donde ese indicador llegó al 5% en mayo, la cifra más alta desde el 2008.
Ojo a los subsidios (IV)
Explicado todo lo anterior, el congresista uribista sostuvo que “… debemos ser cuidadosos en no repetir esta dinámica en Colombia. La reactivación económica del segundo semestre del año pasado permitió recuperar 4.7 de los 5.4 millones de empleos que se perdieron por las cuarentenas, pero si las ayudas que reciben las personas por parte del Gobierno Nacional y las entidades territoriales llegan a tal punto que empiezan a competir con el salario del mercado laboral, enfrentaremos una escasez de mano de obra que afectará la productividad del país”. Reiteró que por eso en los subsidios hay que encontrar ese punto medio donde no se caiga en el asistencialismo y no se afecte la generación de empleo.