Son muchas las incógnitas que hay alrededor de lo que será la relación entre Colombia y el gobierno del presidente electo Donald Trump a partir de enero. Por ejemplo, en el tema de la extradición hay dos asuntos que enmarcarán esa hoja de ruta de la relación entre el nuevo inquilino de la Casa Blanca y la Casa de Nariño. Se trata, específicamente, de lo que suceda con la petición de extradición del exministro y ex precandidato presidencial Andrés Felipe Arias, hoy preso en Estados Unidos y frente a cuyo caso el uribismo insiste en que el proceso judicial en su contra tiene móviles de persecución política. El otro caso es el relacionado con la suerte de alias ‘Simón Trinidad’, cabecilla de las Farc que fue extraditado a Estados Unidos en el gobierno Uribe y que esa guerrilla pide que, pese a que allí paga larga condena, sea devuelto a Colombia para que venga a participar del proceso de paz.
Trump, terrorismo y proceso de paz
Para no pocos analistas si bien Trump es republicano, un partido de clara tendencia conservadora que ha sido particularmente precavido frente a las cesiones que se le puedan hacer a la guerrilla a cambio de que se reinserte a la vida civil, no se sabe a ciencia cierta cuál será su postura frente al proceso de paz en Colombia. Una prueba de ello sería que mientras Obama y la derrotada candidata presidencial demócrata Hillary Clinton tuvieron pronunciamientos de respaldo a los acontecimientos de los últimos seis meses en el proceso de paz con las Farc, Trump ni su campaña lo hicieron, pues el enfoque de su estrategia política y electoral fue marcadamente local, y en el ámbito externo se centró más en el riesgo del terrorismo y la inmigración, que en el del narcotráfico.
Alianza no se debilitaría
Sin embargo, al decir de varios excancilleres y exembajadores colombianos en Washington, no se cree que Trump vaya a debilitar la alianza estratégica entre Estados unidos y Colombia, aunque sí le introduciría un indicador de productividad más exigente. Es decir, que tal como lo reiteró en su campaña sobre la política exterior, las ayudas económicas, militares y de toda índole que Estados Unidos da a sus aliados en todo el mundo, no solo serán ahora menos gratuitas sino que exigirá una contraprestación o resultados más eficaces en los objetivos planteados. Esto, para el caso de Colombia, necesariamente se aterriza en el tema de los aportes norteamericanos a la nueva fase del Plan Colombia y que éstos se vean reflejados en una disminución más tangible y sustancial de la extensión de narcocultivos y volúmenes de exportación de cocaína, rubros disparados en los últimos dos años.
¿Cerca o lejos indulto a ‘Trinidad’?
Lo cierto es que con el triunfo de Trump hay quienes consideran que la suerte de ‘Trinidad’ se pudo haber complicado o despejado. Quienes piensan lo primero, sostienen que difícilmente un Gobierno republicano del perfil duro que exhibió Trump en su campaña, apoyará cualquier fórmula de flexibilización e incluso de excarcelación de un cabecilla terrorista acusado del secuestro de ciudadanos norteamericanos. Sin embargo, para otros analistas al ser tan evidente el perfil del nuevo gobierno que empezará a regir en enero en la Casa Blanca, crece la posibilidad de que el saliente presidente Obama se decida a incluir en su última tanda de indultos presidenciales el nombre de ‘Trinidad’ como un último gesto de apoyo al proceso de paz en Colombia.