El proceso de paz con el Eln continúa trabado y aunque en algunos sectores políticos se insiste en que hay que ser “audaces” para buscar una fórmula que permita destrabar la instalación de la mesa de conversaciones que estaba programada para mediados de año en Quito, no se ha podido concretar debido a que el Gobierno reiteró el condicionamiento de que no puede haber negociación mientras el grupo subversivo persista en la práctica del secuestro. Sin embargo, una alta fuente gubernamental le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que son muchas las gestiones privadas que se han realizado con el Eln en las últimas semanas, acudiendo incluso a los buenos oficios de los países acompañantes y garantes del proceso, pero que ninguna de esas acciones ha dado resultado positivo.
Sin eco propuesto de “medidas de confianza”
Como se anunció en esta Sección hace varios meses, hay sectores nacionales e internacionales que consideran que hay margen de acción todavía para destrabar las tratativas con el Eln. Una de esas alternativas radica, precisamente, en acudir a un pacto entre las partes en el que se acepte instalar la mesa en Quito y poner como primer punto excepcional y dentro del marco de “medidas de construcción de confianza” que contempla la agenda anunciado en marzo pasado, la posibilidad de que se busque un acuerdo parcial alrededor del tema de la renuncia al secuestro por parte de la guerrilla y de un mecanismo de vigilancia y monitoreo /–encabezado por el Comité Internacional de la Cruz Roja- para revisar la situación jurídica y de salud de centenares de guerrilleros del Eln presos.
¿‘Apretarle las clavijas’ al Coce?
Sin embargo, hay algunas voces gubernamentales que consideran que al Eln hay que ‘apretarle las clavijas’, sobre todo a los integrantes del llamado ‘Comando Central’ (Coce). Para ello ya se le habría propuesto a la Casa de Nariño que evalúe la posibilidad de pedirle a Venezuela que advierta a los jefes ‘elenos’ que si el proceso de paz no se destraba, entonces ese país tendría que aceptar una eventual petición del gobierno Santos para que se termine el estatus de protección informal que Caracas dio a alias ‘Gabino’ y ‘Antonio García’, entre otros cabecillas, para que pudieran vivir en la vecina nación mientras se adelantaban las negociaciones para una salida política al conflicto.
Mejor que ayuden contra alias ‘Pablito’
Si bien es cierto que para este eje de presión a la cúpula del Eln funcione se necesitaría la colaboración del presidente Nicolás Maduro, sobre todo en cuanto al ultimátum a los jefes guerrilleros, un sector castrense considera que más importante que forzar a Caracas a expulsar de su país a los miembros del Coce es que ese Venezuela colabore en las operaciones de persecución fronterizas a alias ‘Pablito’. Este, como se sabe, es uno de los máximos cabecillas de esa facción insurgente, y de quien se ha dicho que tiene muchas reservas al proceso de paz, a tal punto que incluso habría amenazado con una disidencia mayúscula, algo muy grave dado que bajo su mando estarían más de 1.000 insurgentes en Arauca y sus alrededores, algo así como más de la mitad de la fuerza de combate del Eln.