Tranquilidad fiscal
En el alto gobierno hay absoluta confianza en que no hay, por el momento, ningún riesgo de mayor déficit fiscal, sobre todo porque las cuentas de la DIAN sobre el recaudo en lo que ha corrido del año indican que las metas tributarias se están cumpliendo más allá del 100% y la proyección para lo que resta del segundo semestre, ahora que empezó a correr el cronograma para el pago del impuesto de renta, es muy positiva. De igual manera, según lo ratificó días atrás el titular de finanzas, Alberto Carrasquilla, se mantiene la proyección del crecimiento del PIB este año por encima del 3,4%. Esto implicaría que en el tercer y cuatro trimestres de 2019 la economía tendría que crecer a un ritmo de 3,5% en cada período respectivamente. Como se sabe, esa proyección es considerada demasiado optimista tanto por el propio Banco de la República como por otros centros de estudios económicos locales y entes multilaterales.
Flanco geopolítico
En medio de la polémica alrededor de la licitación que venía adelantando el SENA para contratar toda plataforma tecnológica de la institución, por un costo superior a los $720.000 millones, proceso que fue suspendido el pasado lunes por la entidad tras la fuerte insistencia de la Procuraduría, se ha translucido un flanco geopolítico. Como se recuerda, meses atrás se dijo en varias instancias periodísticas que el entonces embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker -que estuvo hasta el fin de semana en el cargo- había insistido ante varias instancias del Gobierno nacional que el proceso licitatorio que adelantaba el SENA podría estar direccionado para que la multinacional china Huawei fuera finalmente la escogida por el operador tecnológico que ganara. A ello se suma que durante la reciente visita de Estado del presidente Duque a China, altos funcionarios de la potencia asiática habrían insistido en que no se hiciera caso a las presiones norteamericanas, claramente enmarcadas dentro de la “guerra comercial” entre ambas potencias.
Plazo máximo
En la contienda por la Alcaldía de Bogotá, ha transcendido que la segunda semana de septiembre sería la fecha final a la que estarían apostando dirigentes de varios partidos de centro y centro-derecha para lograr algún acuerdo entre los candidatos Carlos Fernando Galán y Miguel Uribe Turbay que lleve a que alguno de ellos dé un paso al costado y adhiera a otro. Esto bajo la tesis de que esa es la única forma de evitar un triunfo de la aspirante de la Alianza Verde, Claudia López, que está encabezando las encuestas desde hace varios meses. Para esos dirigentes políticos parecería claro que solo un acuerdo en el que participen los “cacaos” del centro y la centro-derecha podría viabilizar alguna solución a este dilema electoral, que cada día se vuelve más complejo puesto que el fortalecimiento de las candidaturas de Galán y Turbay reafirma la división de esta franja de votantes y le abre más camino a López para que se convierta en la sucesora de Enrique Peñalosa en el Palacio Liévano.
De aquello, nada…
En círculos diplomáticos criollos se asegura que se descacharon mucho de los analistas y observadores políticos que pronosticaban a comienzos de este año que habría una desbandada en cargos de embajadas y consulados con miras a eventuales postulaciones para las elecciones regionales el próximo 27 de octubre. Sin embargo nada de ello ocurrió y, por el contrario, lo que se evidenció fue una estabilidad marcada en la nómina diplomática, un hecho no obstante extraño tratándose del primer año de un gobierno que fue elegido en contraposición directa a su antecesor, el mismo que en el remate de su administración fue acusado de hacer un alud de nombramientos en embajadas y consulados.