Coletazo (I)
Los cálculos de los abogados penalistas dicen que la resolución del proceso del expresidente Álvaro Uribe en la Corte Suprema de Justicia, al menos en lo referido a la primera instancia, podría tardar no menos de un año. Bajo esa tesis, faltando dos años para que termine el periodo del actual Congreso, la posibilidad de que Uribe vuelva a ocupar su escaño en el Senado se comienza a complicar, e incluso el miércoles se hablaba ya de que el exmandatario podría renunciar desde ahora a su curul y dar paso a que el Centro Democrático pueda reemplazarlo de forma permanente con la exdiputada de Cundinamarca, Yenny Rozo.
Coletazo (II)
Una foto con Uribe es clave dentro de la campaña electoral de todos los candidatos del Centro Democrático. De hecho, es de todos sabido que muchos aspirantes viajan a Bogotá y otras ciudades solo con la intención de tener una imagen con el exmandatario, que atesoran y le sacan jugo en las actividades proselitistas. Si bien es cierto que aún faltan veinte meses para la primera cita en las urnas de 2022, esa posibilidad de una “fotico” con Uribe será aún más complicada ahora. Puede sonar un tema menor para algunos, pero en la política local tiene un significado distinto.
Coletazo (III)
Una de las grandes incógnitas el miércoles era qué tanto afectará a la coalición parlamentaria oficialista el hecho de que Uribe ya no esté sentado en su curul “dirigiendo la orquesta” de su partido y tirando línea al resto de los partidos que hacen parte de la plataforma que apoya a la Casa de Nariño. Sería ingenuo negar que una cosa es hablar con cualquiera de los senadores y representantes del uribismo y otra muy distinta hacerlo con Uribe, que como es apenas natural impone una autoridad y un poder de convencimiento político muy distinto. Incluso era el que controlaba que sus colegas de bancada llegaran a tiempo a las sesiones.
Coletazo (IV)
En la izquierda no todos consideran que es positivo para ese sector que Uribe esté en detención domiciliaria. Por el contrario, hay varios dirigentes que aducen que la reacción de la opinión pública a la decisión de la Corte Suprema lo que prueba es que muchos sectores no están de acuerdo con esa determinación judicial y le ‘echan la culpa’ de la misma al acuerdo de paz, al partido Farc, al petrismo y, en fin, a todos los sectores adversos al uribismo. Bajo esa tesis, se corre el riesgo de victimizar a Uribe y fortalecerlo políticamente antes del 2022.
Coletazo (V)
Es claro que el exmandatario ha hecho de las redes sociales, sobre todo de Twitter, su principal instrumento de vocería e interacción política y proselitista. De hecho es el dirigente político con más seguidores en la red, aunque sus críticos sostienen que la mitad de ellos son simpatizantes pero otro tanto contradictores. Lo cierto es que está por establecerse si en medio de detención domiciliaria el expresidente puede seguir trinando y siendo protagonista de primer orden en el país político. En principio parecería que no.