De aquello, nada…
Terminó marzo y todas las especulaciones que se habían generado en torno a la renuncia en este mes de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez con el fin de no inhabilitarse para ser candidata presidencial en 2022, quedaron sin piso. Para algunos analistas es evidente que la segunda a bordo tiene plazo hasta la segunda semana de mayo para renunciar. Y para otros, el hecho de que la vice no hubiera dado un paso al costado ya lo único que evidenciaría es que está pensando terminar el periodo gubernamental y no se postularía a buscar la sucesión de Iván Duque. Por lo pronto, es claro que mientras Ramírez no se mueva la campaña presidencial se desarrollará, según lo dijo semanas atrás un exministro, con “freno de mano activado”. Habrá que esperar hasta mayo para conocer el dictamen final.
Tutela a la vista
Y hablando de la campaña, EL NUEVO SIGLO conoció que el comité promotor de una revocatoria del mandato del alcalde de una ciudad capital piensa interponer una acción de tutela para forzar a que el proceso de destrabe en la organización electoral. La tesis de la acción jurídica es que si se habilita la recolección de firmas a los partidos y candidatos que quieren sustentar aspiraciones al Congreso y la Presidencia en movimientos significativos de ciudadanos, debe también darse vía libre a los procesos de revocatoria para que hagan lo propio.
Paisaje cafetero
A propósito de un editorial de EL NUEVO SIGLO en el que se destaca el buen momento del sector cafetero, cuya última cosecha fue de 14 millones de sacos, se trajo a colación que el senador Alejandro Corrales y el representante Gabriel Vallejo, uribistas, radicaron un proyecto que busca declarar Patrimonio Cultural de la Nación al Paisaje Cultural Cafetero Colombiano en los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca. Según los parlamentarios, hay diversos factores que amenazan la permanencia de este Paisaje: disminución de áreas de cultivos de café, la inestabilidad de precios del grano que estimula el cambio de cultivos para dar paso a otros monocultivos (Aguacate Hass en áreas grandes), el frágil relevo generacional, las crecientes áreas de expansión urbana y suburbana para construcción de vivienda campestre, la minería, la presencia e intención de instalar pequeñas centrales hidroeléctricas en sus fuentes hídricas, el cambio climático y algunas malas prácticas en materia ambiental.
Contrastes
Todo ese cúmulo de situaciones habría llevado a que entre los años 2011 y 2019 se presentara una disminución de 7,3%, es decir 67.370 hectáreas del área sembrada en café a nivel nacional. Paradójicamente el último reporte de la Federación Nacional de Cafeteros indicó que no solo se obtuvo una buena cosecha en el último año sino que “a pesar de la pandemia, el gremio ha hecho ingentes esfuerzos por sacar adelante la renovación, que ayuda a mantener altos niveles de producción y a mejorar la rentabilidad de los productores”. Según la Federación, Colombia tiene en promedio 844.400 hectáreas de café, de la cuales debe renovar por lo menos el 10 por ciento para conservar la edad de la caficultura y que no haya tendencia al envejecimiento.