Bloques del Sínodo

El próximo domingo comienza en el Vaticano el Sínodo por la Amazonía, que fue convocado por el papa Francisco hace dos años. Si bien es cierto que el “Documento preparatorio” fue expedido hace meses, pocos saben que cuenta con un cuestionario estructurado en tres partes, enfocado en tres premisas clave: “ver, discernir-juzgar, actuar”. Para ello, la Iglesia Católica se plantea igual número de bloques de preguntas a resolver. Del primero hacen parte interrogantes como ¿Cuáles son los problemas más importantes en su comunidad: las amenazas y dificultades a la vida, al territorio y a la cultura? A la luz de la encíclica ambiental “Laudato si”, ¿cómo se configura la biodiversidad y la socio-diversidad en su territorio?  ¿Cómo inciden o no inciden estas diversidades en su trabajo pastoral? A la luz de los valores del Evangelio, ¿qué tipo de sociedad debemos promover y de qué medios podemos disponer para ello, teniendo en cuenta lo rural y lo urbano y sus diferencias socio-culturales? Dada la enorme riqueza de su identidad cultural, ¿cuáles son los aportes, aspiraciones y desafíos de los pueblos amazónicos en relación a la Iglesia y al mundo?...

Más preguntas

Frente al segundo bloque temático, la Iglesia se interroga en torno a ¿Qué esperanzas ofrece la presencia de la Iglesia a las comunidades amazónicas para la vida, el territorio y la cultura? ¿Cómo promover una ecología integral, es decir, ambiental, económica, social, cultural y de la vida cuotidiana en la Amazonía? ¿Cómo puede la comunidad cristiana responder ante las situaciones de injusticia, pobreza, desigualdad, violencias (droga, trata de personas, violencia hacia la mujer, explotación sexual, discriminación de los pueblos indígenas y migrantes entre otras) y de exclusión en Amazonía?... Y en el tercer bloque de preguntas del Sínodo quiere establecer, ¿qué Iglesia soñamos para la Amazonía? ¿Cómo imagina una Iglesia en salida y con rostro amazónico y qué características debería tener?...

Narco, tema clave

Para Colombia este Sínodo es clave, no solo porque nuestro país hace parte de la cuenca del principal “pulmón del mundo”, sino porque tras la reciente ola de incendios forestales que afectó la Amazonía brasileña, se organizó una cumbre presidencial en Leticia, en donde todos los países de la región firmaron el Pacto para proteger el bosque tropical y todo este conjunto ecosistémico. Es más, el propio presidente Duque, en la segunda semana de agosto, al inaugurar el foro “Amazonía: Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, que hizo parte de la preparación del Sínodo Especial de los Obispos para la Amazonía, llamó la atención sobre el grave daño que le está causando el narcotráfico a la Amazonía, por su actividad “depredadora e industrial” e indicó que la iba a pedir al cónclave de la Iglesia Católica que se pronunciara respecto a esta amenaza. Agregó que “no puede estar por fuera de la discusión de la protección de la Amazonía el no cuestionar y no censurar el narcotráfico”.

Y de platica, también

También llamó la atención sobre la necesidad de que el mundo colabore con recursos para proteger la riqueza ambiental amazónica. “Espero que en el propio marco de la discusión del Sínodo (este tema) haga parte de las reflexiones, porque muchas de estas materias han tenido discursos muy elocuentes, pero falta mucho más por parte de la comunidad internacional para que la protección de este pulmón no solamente sea tarea de los países que lo tenemos en nuestro territorio, sino que también implique un sentido de responsabilidad y de protección permanente”, expuso.