Anecdotario presidencial
El jefe de Estado, Iván Duque, es muy dado a contar anécdotas personales en sus discursos. El pasado miércoles, por ejemplo, durante la despedida a los jóvenes ganadores de la convocatoria Nexo Global en Industrias Creativas y Culturales, el Presidente recordó que siete años atrás, cuando estaba en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hizo un cambio en su vida profesional que tiene mucho que ver con la que hoy es una de sus principales banderas de gobierno. “…Venía de estar dedicado a muchos temas financieros, a temas de desarrollo en comunidades, pero particularmente temas de microfinanzas, temas de proyectos productivos. Y le dije a Luis Alberto Moreno, que era el presidente del BID: quiero dedicarme a dos cosas. Me dijo, ¿cuáles? Le dije, yo quiero dedicarme al tema de juventud y al tema de industrias creativas”.
Génesis naranja
De acuerdo con Duque, a partir de ese cambio creó “una división en el Banco Interamericano de Desarrollo, y cuando digo creé, fue que tuve la responsabilidad de empezar de cero con un gran equipo de colaboradores, y empezamos a plantear que las industrias creativas tenían que salirse de la conversación tradicional, que éramos muy buenos. A los que nos gustaba el tema estábamos como adentro de la logia, en nuestra propia maloca, hablando del tema, pero necesitábamos también mostrarle al mundo el peso tan importante que tiene el sector. Y ahí surgió la idea de la Economía Naranja, con Felipe Buitrago, que es hoy el viceministro de Industrias Creativas y Economía Naranja; dijimos, plantemos una publicación que nos permita a nosotros sacudir a todos los formuladores de políticas públicas, a los gobernantes, a los ministros de Hacienda, a los ministros de Planeación y darse cuenta que este sector es vital”.
Identidad cromática
Duque continuó su relato en la Casa de Nariño indicando que “…entonces, ahí pasó algo bien interesante, y era por qué no le damos una identidad cromática a este sector, un sector que es lleno de creatividad debería tener una identidad cromática. Felipe (Buitrago) se fue un fin de semana, yo me fui un fin de semana, y habíamos dicho nos vemos el lunes a definir cuál es el color. Y entonces él dijo mi color es naranja, y el mío también. ¿Por qué naranja? Y empezaron a surgir temas bien interesantes. Los toltecas utilizaban los pigmentos naranja para ilustrar sus fiestas. Encontrábamos con que en Egipto, en las tumbas, se utilizaba un color naranja, que era el rejalgar para ilustrar la creatividad de las comunidades. Nos encontramos con temas, inclusive en el reiki que analizaba las chacras, y se encontraba que la chacra del abdomen, que es la chacra de la inspiración y la creatividad de color naranja, que los monjes sadhu utilizaban el color naranja, también, como ese símbolo de conexión e inspiración celestial. Encontramos el all hallows eve, que después fue el halloween, utilizando también en la festividad el color naranja como identidad”.
El libro
Tras todo lo anterior, Duque agregó que “…finalmente decidimos escribir ese libro que se llamó la Economía Naranja. Y cuando lo escribimos, dijimos: hay que plantear de manera sencilla las ideas que le den a ese sector todo el empuje. Y ahí hablamos de siete ideas, y nosotros hablábamos de siete por las siete maravillas, hablábamos siete, por las siete notas musicales, hablábamos de siete por los colores primarios, empezamos a encontrar siete ideas que tuvieran una conexión con la cultura. Y ahí surgió la primera i, la i de las instituciones, la i de la información, la i de la infraestructura, la i de la industria, la i de la integración, la i de la inclusión y la i de la inspiración. Y en cada una cuando las íbamos desarrollando, nosotros decíamos tenemos que lograr formular esa política pública”.