Off the record | El Nuevo Siglo
Foto archivo El Nuevo Siglo
Miércoles, 20 de Marzo de 2019
Redacción Política

Verdes no están en la pelea…

 

Una alta fuente de la Alianza Verde se quejaba ayer ante algunos reporteros políticos, en medio de una charla informal, sobre cómo se estaba tratando de ‘meter a la fuerza’ a esa colectividad en el distanciamiento cada vez más evidente entre los ex candidatos presidenciales Gustavo Petro y Sergio Fajardo. “…Nosotros no tenemos velas en ese entierro, ya que ese es un pulso entre ellos… Si algo ha quedado claro en el arranque de la campaña para las regionales y locales de octubre, es que los verdes no vamos a tomar bando entre ninguno de ellos e incluso ya en la competencia por algunas gobernaciones y alcaldías estamos enfrentados a los candidatos de uno y otro… La Coalición Colombia es una cosa del año pasado, de las presidenciales, pero ahora hay otros escenarios en donde la Alianza Verde y el fajardismo estamos en llave en algunas regiones pero en otras estamos claramente enfrentados”, dijo la fuente.

 

Uribismo versus Carrillo

 

En los corrillos parlamentarios se afirma que al uribismo no le conviene seguir haciéndole eco a la tesis de que el procurador general Fernando Carrillo estaría tomando decisiones motivadas políticamente para afectar al Centro Democrático y al propio gobierno Duque. Y menos aún sugerir, en privado, que el jefe del Ministerio Público estaría jugando a favor del gavirismo liberal, que se ha convertido hoy por hoy en el verdadero factor de oposición a la Casa de Nariño, ya que tiene bancada, partido y músculo político para hacerle un contrapeso más efectivo que el propio bloque de partidos de izquierda. “…Pelear con el Fiscal o el Procurador, es como pelear con la Policía… Usted siempre lleva las de perder”, precisó un veterano parlamentario en charla off the record con un periodista de EL NUEVO SIGLO.

 

 

Duque y Bogotá

 

En el Centro Democrático hay quienes consideran que la Casa de Nariño tiene que jugarse a fondo en los comicios para Alcalde de Bogotá, no tanto por una cuestión partidista, sino porque la neutralidad política del Ejecutivo en la contienda por la sucesión en el Palacio Liévano podría convertirse a la larga en un riesgo para la gobernabilidad nacional, sobre todo si llega la izquierda a volver a mandar en la capital del país. Incluso se recuerda que tanto el presidente Uribe como el presidente Santos, en sus respectivos mandatos, hicieron guiños indirectos y hasta maniobras evidentes para tratar de influir en la campaña bogotana, aunque con resultados poco fructíferos, sobre todo ante la seguidilla de dos mandatos del Polo y uno petrista en línea, que solo vino a romper Peñalosa en octubre de 2015, derrotando a dos ex ministros santistas y a un ex vicepresidente uribista.