Los críticos del proyecto de reforma política andan revisando palabra por palabra la ponencia para primer debate que comenzó a discutirse esta semana en la Comisión Primera del Senado. Los peros, como era obvio, no se han hecho esperar. Por ejemplo, se plantea en la iniciativa la creación de una corte electoral a la que le correspondería resolver las solicitudes de revocatoria de la inscripción de candidatos a corporaciones públicas o cargos de elección popular, resolver las demandas de nulidad de las elecciones y -por solicitud del Consejo Nacional Electoral- declarar la pérdida y suspensión de la personería jurídica y la privación del derecho a presentar candidatos en una circunscripción a los partidos y movimientos políticos. Hasta ahí la propuesta es parecida, en parte, a la que contenía la iniciativa presentada por la Misión Electoral Especial (MEE), el año pasado.
Peros a corte electoral (II)
“…La idea de la corte no es mala y va en la misma dirección, aunque con cambios, de la idea de la MEE, de crear una jurisdicción electoral… Sin embargo, en momentos en que estamos hablando de despolitizar la justicia no me suena para nada el parágrafo transitorio que plantea que los miembros de la primera corte electoral serán, por una parte, los magistrados que actualmente hacen parte de la Sección Quinta del Consejo de Estado pero, por otra, los restantes tendrían que ser designados por el Presidente de la República… Me parece inconveniente que esa facultad se descargue así en el Mandatario de un país polarizado”, precisó una alta fuente política que analiza con lupa la iniciativa.
Alerta por obviedad
La misma fuente indicó que el articulado de la reforma era “demasiado obvio” en algunos apartes. Por ejemplo, trajo a colación un aparte del proyecto en el que se prohíbe a los partidos y movimientos políticos y a grupos significativos de ciudadanos recibir financiación para campañas electorales, de personas naturales o jurídicas extranjeras. “…La intención es buena pero a renglón seguido se dice que ‘ningún tipo de financiación privada podrá tener fines antidemocráticos o atentatorios del orden público’… Eso es tanto como decir que el uso de un arma no ‘podrá tener fines antidemocráticos o atentatorios del orden público’… Sinceramente no entiendo este último agregado porque prohíbe lo obvio”, agregó.
Más peros a escisión
La posibilidad de que un grupo de parlamentarios liberales pueda renunciar al oficialismo de la colectividad por no estar de acuerdo con la forma en que el expresidente César Gaviria maneja el partido, se complica día tras día. De un lado, un Senador de las toldas rojas llamó la atención sobre lo que dijo esta semana, en entrevista con EL NUEVO SIGLO, el presidente del Consejo Nacional Electoral, magistrado Heriberto Sanabria. Cuando se le preguntó si era viable y cómo se tramitaría una escisión partidista, respondió que eso “requiere un desarrollo legal. Es el Congreso el que debe legislar en ese sentido”. Según el parlamentario rojo, “queda claro” que a los congresistas ‘disidentes’ no les quedan sino dos alternativas: se quedan bajo los criterios de Gaviria o renuncian a la curul y se van “solos al asfalto”.
Ministros de corto vuelo
En las toldas dirigenciales del Centro Democrático hay varias voces que sostienen que no cumplirá la idea inicial del presidente Iván Duque en torno a que los ministros que nombró deben tener una vocación de servicio cuatrienal. Se afirma en el uribismo que hay algunos ministros a los que, como se dice popularmente, “…les hace falta pelo pa’moña”. Incluso ya se escuchan, en privado, algunos nombres de integrantes del gabinete que, al decir de los parlamentarios, es muy posible que no “aguanten” la presión y terminen dando un paso al costado cuando termine el primer año de gestión de Duque, o incluso antes.