Todos pendientes de llegada de Pinzón
El próximo 5 de julio, como se anunció hace varias semanas, el exembajador y exministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, regresa al país. Sus últimas declaraciones en tono crítico al acuerdo de paz con las Farc y unas declaraciones del presidente Santos ayer, en las que sin nombrarlo, pareció replicarle en duros términos, han crecido la expectativa sobre lo que será la llegada la próxima semana de Pinzón y qué definirá en torno a su precandidatura presidencial. Incluso en La U hay quienes ya dicen que sus posibilidades de aspirar a la sucesión de Santos son muy escasas. Habrá que esperar…
¿Sobrevive la coalición santista?
Una de las controversias políticas de la semana, en medio de las polémicas sobre el desarme de las Farc, ha estado relacionada con qué tanto de la coalición gubernamental todavía sobrevive, sobre todo a la hora de saber qué partidos deben salir a defender al Gobierno, cuáles pueden mostrar algún grado de independencia crítica y qué colectividades definitivamente están en la orilla opositora. Un senador de La U le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que “… los que insisten en hablar de la coalición santista o de la Unidad Nacional están equivocados… La coalición no existe desde hace varios meses, ni siquiera hay uniformidad en La U ni en los liberales en donde hay voces críticas que tienen cada día más vitrina y eco político”.
La agenda laboral en vilo
Los sindicatos siguen pendientes de que el Gobierno cumpla la promesa que hiciera a comienzos de año la entonces ministra de Trabajo, Clara López, en torno a que se iniciaría el estudio para que a los trabajadores que laboran bajo la modalidad de “órdenes de prestación de servicios” se les dén todas las garantías. El relevo en esa cartera trastocó la evolución del tema pero se espera que en este segundo semestre el Ministerio acelere las sesiones de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales. Varios dirigentes sindicales sostienen que mucho de lo que se había hablado en el primer trimestre para llevar al Congreso en materia de libertad sindical, asociación, negociación colectiva e igualdad de oportunidades y trato en el empleo y la ocupación, se quedó en el tintero, no sólo porque el Parlamento se concentró en el ‘fast track’ en lo relacionado con el acuerdo de paz, sino porque la agenda laboral se vio trastocada por la sucesión de paros.
Proyectos de mucha implicación
Varios de esos proyectos ya han prendido las alarmas entre los empresarios por las implicaciones que tendrían en el clima laboral. No hay que se olvidar que en la Comisión se venían analizando temas como otorgar el derecho de negociación colectiva a los trabajadores independientes (aquí entrarían los contratistas y los de prestación de servicios). Otra iniciativa en debate era la reglamentación del artículo 56 de la Constitución para definir el concepto de servicios públicos esenciales y los límites y garantías aquí para el derecho a huelga. También se discutía sobre la regulación de los pactos colectivos.
El adelgazamiento sindical
Un dirigente empresarial indicaba semanas atrás, al ser consultado al respecto, que a los gremios les interesaba mucho profundizar sobre algunas discusiones como la relativa a la regulación de la representatividad sindical, ya que era obvio que la proliferación de sindicatos en una misma empresa o institución pública o privada era un obstáculo a la hora de entablar negociaciones sobre temas salariales y otros. En la Comisión se venía analizando la posibilidad de que a los sindicatos más grandes y representativos se les otorgara el derecho a la negociación en temas de empleo y trabajo, y que las organizaciones más pequeñas (es decir con menos afiliados) quedarán supeditadas a asuntos como garantías sindicales y otros de menor calado. Obviamente este es un asunto muy polémico en el que la dirigencia sindical está muy dividida.