Muy preocupados se encuentran varios conglomerados de organizaciones no gubernamentales que trabajan en la defensa de los derechos humanos por la discrepancia de cifras entre el Gobierno y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU respecto al número de líderes sociales asesinados este año en Colombia. La ONU dijo el lunes que eran 41 muertes pero el Gobierno de inmediato replicó que solo eran 14 y que otros casos estaban todavía en averiguación. “… Lo que extraña aquí es que una diferencia de 27 muertes no es un hecho menor ni se puede considerar una simple diferencia de cualificación estadística… Se evidencia, una vez más, que el Ejecutivo insiste en catalogar a priori todo crimen contra un líder social o activista de derechos humanos como un caso de delincuencia común, problemas personales o incluso líos pasionales, como ocurría años atrás con las cifras del secuestro”, dijo un vocero de una ONG colombiana, que pidió la reserva de su nombre porque la plataforma a la que pertenece va a firmar una declaración conjunta de estas organizaciones pidiendo explicaciones al Gobierno.
La reunión Santos-Trump
La visita del presidente Santos a la Casa Blanca, que todo hace indicar será en la tercera semana de este mes, aunque no ha trascendido oficialmente la fecha exacta, tendrá como telón de fondo tres temas específicos, según una alta fuente de la Casa de Nariño. El primero, sentar las bases de la relación entre el gobierno Santos y la administración Trump, en donde se cree que habrá un cambio sustantivo en torno a lo que el presidente estadounidense considera que debe hacer un país aliado y lo que Estados Unidos debe hacer por este. “…La alianza se va a mantener, incluso se va a fortalecer pero sobre bases distintas a lo que fue la relación con el gobierno Obama”, dijo la fuente consultada.
La agenda puntual
El segundo tema que centrará la reunión Trump-Santos es obviamente el que tiene que ver con asuntos puntuales de la relación bilateral como la reingeniería en la lucha antidroga, la relación comercial (sin descartar un posible ajuste del TLC vigente entre ambos países), la extradición y otros mecanismos de cooperación judicial, así como un análisis realista sobre el proceso de paz en Colombia y su impacto sobre la estrategia para acabar con los carteles de la droga y el volumen de exportación de cocaína colombiana a Estados Unidos . “… Lo del caso de Simón Trinidad no lo veo en la agenda”, indicó la fuente.
Venezuela, en la carpeta
Y, por último, en lo que es el tema sobre el que menos se puede hacer algún tipo de proyección, está la crisis de Venezuela que cada día tiene un nuevo capítulo y genera distintos escenarios. Según varios analistas el aumento del tono crítico de Santos contra el régimen de Maduro hace parte de la estrategia de Colombia de cara a la crucial cita con Trump, siendo cada vez más evidente que la Casa Blanca va a endurecer su postura contra Caracas y pedirá la solidaridad de los países latinoamericanos, sobre todo de aquellos a los que considera sus principales aliados.
16 curules más
En el uribismo consideran que el Gobierno o peca de ingenuidad o se está dejando meter los dedos a la boca con el proyecto para crear 16 curules en la Cámara para circunscripciones especiales de paz, iniciativa que fue radicada ya en el Congreso para ser tramitada al amparo del ‘fast track’. De acuerdo con un parlamentario del Centro Democrático “… era obvio, es obvio y será obvio” que las Farc tienen un plan para apoderarse, a través de interpuestos movimientos de políticos alternativos, de la mayoría de esas curules, varias de las cuales coinciden con las zonas veredales de concentración, en donde las Farc han dicho que quieren quedarse una vez termine su proceso de desarme y de desmovilización.