Hace un año, por estas mismas fechas, la expectativa en el país giraba en torno al anuncio en Caracas por parte de los voceros del Gobierno y el Eln de la agenda de negociación, tras más de dos años de conversaciones preliminares. Desde entonces ha corrido mucha agua bajo el río. La mesa que estaba planeada para ser instalada en julio en Quito, tuvo que ser aplazada porque el Eln se negaba a liberar a los secuestrados. Pasó todo el segundo semestre en medio de un pulso al respecto, y sólo en febrero de este año, es decir 11 meses después de darse a conocer la agenda, se instaló la Mesa una vez esa guerrilla liberó al último de un grupo de cinco plagiados, el dirigente chocoano Odín Sánchez.
De la ofensiva al primer acuerdo
En las últimas semanas el Eln ha continuado con sus ataques a civiles, militares y policías en todo el país, generando una fuerte condena de muchos sectores nacionales que no sólo piden más mano dura contra esa guerrilla en el campo militar, sino que urgen al Gobierno que presione en la Mesa a esa facción subversiva para que cese su accionar terrorista. Aunque el Ejecutivo ha dicho al Eln que no se dejará amedrentar por estos ataques y menos firmará un acuerdo de cese el fuego bajo esas circunstancias (como lo quiere la guerrilla), sorpresivamente se anunció esta semana que en próximos días la Mesa producirá un primer acuerdo humanitario, relacionado con desminado.
Paradojas en emergencias
Y hablando de temas que concentraban la atención un año atrás, por estas mismas fechas, comienzos de abril de 2016, el presidente Santos le anunciaba al país que tras un plan de ahorro de energía y agua en el primer trimestre, que incluyó multas tarifarias a quienes sobrepasaran los topes de consumo, la posibilidad de un racionamiento eléctrico quedaba por fin descartada. Doce meses después el país se encuentra de nuevo en emergencia, pero esta vez no por cuenta de la sequía, sino por el arranque bastante drástico de la temporada invernal, que ya tiene a medio país en alerta de inundaciones, derrumbes y otras afectaciones.
La U plantea pulso por el SENA
En las toldas de La U consideran casi que un ‘punto de honor’ que el Gobierno no le vaya a entregar el SENA a una cuota del partido Conservador. La cuestión ha llegado a tal punto, que la semana pasada, cuando esa bancada impidió la aprobación del proyecto de Estatuto de Oposición, que se tramita bajo el mecanismo de vía rápida legislativa, algunos congresistas de otras colectividades alcanzaron a decir en voz baja que la ‘rebelión’ en el llamado “partido de gobierno” tenía una motivación clara: la pelea por el SENA, cargo que está vacante luego de que Alfonso Prada fuera designado como nuevo Secretario General de la Presidencia. Lo cierto es que el presidente Santos ya habría sido notificado de que La U quiere ese cargo y no está dispuesta a admitir que lo ocupe otra colectividad.