Quedando escasos tres días de la presente legislatura, EL NUEVO SIGLO hizo un pequeño sondeo con algunos congresistas en torno de cuáles proyectos de ley hubieran querido presentar pero por no ser de urgente necesidad se abstuvieron de hacerlo. Por ejemplo, para un senador conservador es claro que se necesita alguna norma legal que establezca de manera clara y taxativa qué se puede hacer con los regalos y demás presentes que las personalidades internacionales le entregan al Presidente de la República. “… Más que regalos personales son presentes al país y deberían tener algún destino oficial e institucional, como museos, donaciones, subastas, adornos en entidades oficiales”, precisó el parlamentario.
Autonomía a Comisión
Para otro congresista, tras las polémicas de los últimos meses quedó claro que debería reformarse lo relativo a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, “de forma tal que esta instancia no se tenga que reunir por convocatoria exclusiva y excluyente de la Casa de Nariño, sino que existiera algún tipo de mecanismo que le permitiera a la mayoría de sus integrantes pedirle al Presidente que la convoque… Es demasiado discrecional dejar en manos del Presidente llamar a la Comisión, pues no es tan cierto, como hizo carrera ya en Colombia, que el manejo de la política internacional esté en cabeza exclusiva del Jefe de Estado”.
TV sin turnos
Para un representante a la Cámara también sería conveniente que se estudiara en el Congreso un proyecto de ley que establezca de manera detallada que las transmisiones televisadas de las sesiones en el Senado y la Cámara se deben priorizar por la importancia del tema que se esté tratando y no por los turnos. “… No tiene presentación que en días de debates muy importantes, la opinión pública no pueda seguir lo que está pasando porque ese preciso día el turno de transmisión es para otra plenaria u otra comisión…”, indicó el parlamentario.
TV-bocados
Y siguiendo con el asunto televisivo y a raíz de una reciente polémica radial respecto de lo poco estético que se veía en la pantalla chica a los senadores y representantes comiendo en medio de las sesiones, un veterano congresista indicó días atrás que “… hay que reformar la Ley Quinta en temas gruesos, pero también en asuntos nimios como el hecho de que los parlamentarios pueden ir a sus oficinas o la transmisión se puede suspender algunos 10 minutos para que los parlamentarios puedan comer tranquilos, sin que se genere troya por la ruptura del quórum o los asesores de los ministros tengan que andar como guardianes del Inpec cuidando que los senadores no se vuelen…”.
Bien peinaditos
Pero el menú de las iniciativas legislativas no urgentes pero sí necesarias, por más que traten temas cotidianos, no termina aquí. Por ejemplo, el asesor de un veterano senador dijo que alguna vez, “al calor de unos tragos con su jefe”, hablaron de la posibilidad de presentar un proyecto de ley que ordenara a los altos funcionarios guardar unos mínimos requisitos de presentación personal a la hora de salir ante los medios, sobre todo cuando se trataba de eventos al aire libre. “… Nos reímos mucho con el cuento de que salían mejor vestidos los escoltas que los ministros y altos funcionarios”, dijo el asesor.