Las denuncias (I)
La actuación del director de la DIAN, Juan Ricardo Ortega, en el Congreso durante todo el trámite de la reforma tributaria sorprendió a más de un congresista, no sólo por el dominio al detalle de los temas impositivos que tiene, sino porque con sus explicaciones sobre la forma en que muchos sectores o personas naturales les hacen esguinces a las normas vigentes para rebajar o incluso no pagar impuestos, tenían estupefactos a más de un senador y representante, y más aún después de conocer la cuantía que esas maniobras de evasión y elusión le cuestan al fisco por dineros que deja de recibir.
Las denuncias (II)
“… Si me pregunta qué fue lo más que me impactó, sinceramente le digo que fueron las apasionadas explicaciones del director de la DIAN… Muchas veces pensé que al lado de nosotros en las comisiones económicas y en las plenarias debería estar el Fiscal General tomando nota de todas las maniobras que se hacen para sacarle el quite al pago de los impuestos… Sí, hay mucha maniobra que no es que sea ilegal como tal, pues las normas (tributarias) son muy porosas, pero, por lo menos, sí dejan el sabor a que se actúa de mala fe y con pleno convencimiento de que lo que se busca es pagarle lo menos posible al Estado”, precisó un representante a la Cámara que pidió la reserva de su nombre.
Convencer más que mandar (I)
Otro de las conclusiones que dejó el trámite de esta reforma tributaria es que si bien las bancadas de la Unidad Nacional demostraron más independencia con respecto a las directrices y guiños de la Casa de Nariño, al final la intervención directa del presidente Santos y de todo su gabinete terminó siendo el elemento determinante para que la iniciativa se destrabara, sobre todo en el paso de las comisiones a las plenarias.
Convencer más que mandar (II)
Según un veterano senador, que habló bajo la condición de reservar su identidad, “… lo que quedó evidenciado es que la Unidad Nacional ya no depende tanto de las órdenes de la Casa de Nariño, sino del poder de convencimiento que esta tenga sobre las distintas bancadas… Es claro que el lío con la reforma judicial terminó reflejándose en el trámite de la tributaria, pues los senadores y representantes se pusieron más duros y cautelosos con las directrices de ministros y altos funcionarios, pero al final la reforma salió, el Congreso no se rebeló y el Gobierno tiene lo que buscaba…”
Bajar ánimos
Tanto en el Senado como en la Cámara sí quedó cierta preocupación por los roces que se presentaron entre parlamentarios de la coalición oficialista y de la oposición, en especial con los del Polo. Si bien es natural que unos y otros se lancen críticas en las plenarias y comisiones, el tono de las discusiones, que incluso llegó al amago de una pelea en la Cámara y hasta las lágrimas de una representante, pasó los límites de lo ‘normal’ en los debates. Por lo mismo, hay varios parlamentarios que recomendaron a las directivas de ambas cámaras legislativas buscar mecanismos que permitan bajar los resquemores cuando comiencen las sesiones ordinarias en marzo próximo.