La instrumentación de la segunda fase del Plan Colombia, delineada la semana pasada tras la reunión entre los presidentes Juan Manuel Santos y Barack Obama, estará a cargo de tres funcionarios clave en Bogotá. En primer lugar, y como es obvio, la voz cantante en Washington es el embajador Juan Carlos Pinzón, que como se sabe tiene muy buen recibo tanto en el Gobierno como en el Congreso norteamericano. Ya en el Partido de La U consideran que esta gestión sería clave para el futuro político de Pinzón, pues tramitar un Plan Colombia que tendrá énfasis en el tema de la paz y del posconflicto le ayudaría para ser más integral su perfil de cara a la campaña presidencial, que hoy está muy marcado por la dureza de sus posiciones cuando fue ministro de Defensa del Gobierno Santos por largo tiempo. Si bien es cierto que la Casa Blanca remitirá el proyecto de presupuesto para 2017 al Congreso en los próximos días, el trámite de la iniciativa tardará varios meses y a Pinzón le tocará una muy difícil tarea de lobby, sobre todo con los parlamentarios republicanos que dominan ambas cámaras legislativas.
Villegas, clave
El segundo alto funcionario que será clave para que el Congresoestadounidenseapruebe la partida de 450 millones de dólares que pedirá la Casa Blanca para el Plan Colombia, será el actual ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, quien tiene la triple condición de haber sido negociador con las Farc, conocer los círculos de poder en Washington pues fue el antecesor de Pinzón y estar hoy al frente de la cartera castrense, lo que sin duda le da el suficiente plus para ayudar en la labor de convencimiento de los parlamentarios republicanos y demócratas, más aún frente a los integrantes del poderoso Comité de Relaciones Exteriores. Villegas tendrá que despejar dudas alrededor de los acuerdos de paz que pueden ser firmados con la guerrilla, explicar cómo se mantendrá el componente antidroga del Plan Colombia y resaltar que se requiere todavía la ayuda de Norteamérica para hacer frente a otros actores generadores de violencia y con protagonismo en el narcotráfico, como las bandas criminales más conocidas como Bacrim.
Holguín, la otra voz cantante
La tercera voz clave en la defensa del Plan Colombia en Estados Unidos será obviamente la canciller María Ángela Holguín, quien integra la delegación de negociación gubernamental con la guerrilla en La Habana. En fuentes de la Cancillería y del alto Gobierno se asegura que no habrá relevo en esa cartera por lo menos en este año, ya que Holguín es pieza clave no solo para el componente internacional de un eventual acuerdo de paz, que incluye una misión de verificación y de monitoreo de la ONU sobre el cese el fuego y desarme subversivo, sino también el intenso lobby que tendrá que realizarse en Washington.