Muy confundidos se encuentran algunos parlamentarios del Partido Liberal en torno a la posibilidad de que el expresidente César Gaviria pueda llegar a tomar las riendas de esa colectividad a partir del Congreso partidista venidero. La confusión se origina en que el año pasado varios de ellos habrían auscultado esa alternativa con el propio exmandatario y este les habría dicho, según trascendió en su momento, que no estaba entre sus planes retomar la jefatura de las toldas rojas. Sin embargo ahora se vuelve hablar de esa posibilidad sin que esté claro cuál es el cambio del escenario político que llevaría a que Gaviria vuelva a ser el timonel liberal. Algunos consideran que el expresidente es clave para definir la estrategia política y electoral de cara a la campaña presidencial de 2018 y que sería un error no aprovechar su experiencia y bagaje, sobre todo en momentos en que se afirma que el gavirismo va a jugar muy fuerte en la definición del candidato presidencial único rojo para la sucesión de Juan Manuel Santos.
Peros uribistas
En las toldas del uribismo hay decisión en torno a la posibilidad de que algunos de sus dirigentes y exfuncionarios que ya han sido condenados o tienen procesos judiciales en marcha puedan acogerse a la justicia transicional, ya sea la pactada por el Gobierno y las Farc en La Habana o la que el Centro Democrático plantea crear para militares y civiles, según el proyecto de acto legislativo anunciado esta semana. Sin embargo un alto dirigente de ese partido le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que ninguna de las dos opciones le parecía viable, porque en cualquiera de esos dos escenarios se parte de la base de que hay que aceptar culpabilidades sobre la comisión de delitos. “…Me parece una propuesta muy chavista, como cuando Maduro le propuso a los dirigentes de la oposición que confesaran sus delitos y podría generarse algún tipo de perdón judicial… La mayoría de los uribistas que han sido condenados o procesados por esta justicia politizada son en realidad perseguidos políticos y la solución para estos no es que acepten algún tipo de culpabilidad a cambio de una pena reducida, sino que cese precisamente la persecución política”, dijo la fuente consultada que pidió la reserva de su nombre.}
Ojo al ausentismo
Las veedurías ciudadanas le tienen la lupa encima a las sesiones extraordinarias en el Congreso para establecer cuál ha sido el nivel de ausentismo parlamentario y si las excusas presentadas por senadores y representantes para no asistir a las sesiones citadas son válidas o no. De ese seguimiento ya fueron advertidos casi todos los congresistas por sus respectivos jefes de bancadas, quienes dieron la instrucción directa y perentoria de que no se puede dar papaya, tal como ocurrió esta semana con el primer debate en las comisiones primeras conjuntas al proyecto de reforma a la ley de Orden Público. Por lo mismo se espera que a partir del lunes la asistencia a las sesiones sea muy amplia.