Desde comienzos de la semana ya se sabía en la Casa de Nariño que los resultados de la encuesta Gallup serían desastrosos tanto en materia de imagen presidencial como de calificación negativa a la gestión del Ejecutivo. Sin embargo, se calculaba que la descolgada de ambos indicadores no pasaría de 10 o 12 puntos, quedando siempre por encima del 30 por ciento. De allí la sorpresa que se llevaron el jueves cuando conocieron que la caída estaba alrededor de los 27 puntos, hasta llegar a un 21% en materia de imagen, y otro tanto pasó con lo relativo a la gestión, que subió a un 71 por ciento de desaprobación.

¿Y el impacto?

Obviamente en los corrillos políticos no se hablaba ayer de nada distinto al impacto que la descolgada deSantos en las encuestas podría tener en su deseo de ir por un segundo período. En medio de las múltiples hipótesis que se escucharon llamó la atención una expresada por un reconocido exministro, quien en diálogo informal con varios periodistas en un céntrico restaurante capitalino dijo lo siguiente: “… la única encuesta que podría influir realmente en si Santos va o no por la reelección es la o las que se revelen cinco días o incluso menos antes del 25 de noviembre…”. Esa fecha, como se sabe, es el plazo límite que tiene el Presidente para informar a las autoridades electorales que se postulará a la reelección.

No capitalizaron

Otro de los datos que sorprendió al analizar los resultados de la encuesta Gallup es que los puntos que pierde el Gobierno en materia de imagen y gestión no los está sumando la oposición, que trató fallidamente de capitalizar a su favor el descontento popular. Ninguno de los precandidatos uribistas logró un repunte sustancial en cuando a favorabilidad, en tanto que el principal referente del Polo y enérgico contendor del Gobierno en asuntos como los paros agrarios o el escándalo de los baldíos en la altillanura, el senador Jorge Enrique Robledo, tampoco presenta una variación significativa en los porcentajes que tenía en la anterior medición, en junio.

Por encima

Los verdes y los Progresistas se encontraban ayer entre los más aliviados con los datos sobre imagen favorable y desfavorable. Uno de los líderes que, a manera de arquitecto político, está tratando de sentar las bases de la alianza entre ambas colectividades le dijo ayer a un periodista de EL NUEVO SIGLO que “no dejaba de llamar la atención que fueran (Antonio) Navarro (50%) y (Enrique) Peñalosa (43%) los dos dirigentes con más alto porcentaje de imagen favorable” entre quienes han lanzado ya su precandidatura presidencial o suenan muy fuerte para hacerlo. Para el dirigente consultado, es un “plus” que Navarro y Peñalosa estén por encima de los precandidatos uribistas y Clara López, que están en campaña desde hace meses.

Y el vice ahí…

También quedaron muy contentos en las toldas del vicepresidente Angelino Garzón, quien, después del presidente estadounidense Barack Obama, es el dirigente colombiano con más alta imagen favorable (70%). De nuevo se escucha decir en los corrillos gobiernistas que Santos debería insistirle a Garzón que reconsidere su negativa a ser, de nuevo, su segundo a bordo en la campaña reeleccionista. ¿Será que Santos lo convencería? O mejor ¿Será que Santos sí contemplaría la posibilidad de hacerle esa petición a su vice?