Más allá del resultado de la contienda presidencial, que todo hace indicar sólo se resolverá el 15 de junio, cuando se vote la segunda vuelta, ya varios de los actuales embajadores y cónsules han informado a sus allegados en Colombia que alistan maletas para regresar al país en los próximos meses. Los unos porque creen que habrá cambio de gobierno, los otros porque consideran que la reelección se impondrá pero el Gobierno hará ajustes en la nómina diplomática. Y no pocos argumentan que es momento de retornar al país para evaluar las posibilidades de buscar alguna gobernación o alcaldía en los comicios regionales que se llevarán a cabo en octubre del próximo año.

Vuelve y juega

En los círculos de la Asamblea Departamental de Cundinamarca se dice que si bien las relaciones entre las administraciones del gobernador Álvaro Cruz y el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, siempre han tenido altibajos, como el rifirrafe por la venta de agua en bloque de la EAAB a los municipios de la Sabana, había cierto halo de optimismo en torno de una mejoría sustancial en los próximos meses, debido al cambio de titular en el Palacio Liévano. Sin embargo, como se sabe, Petro fue restituido en el cargo por efectos de una acción de tutela, que si bien no se ha resuelto en segunda instancia, este último fallo no tendría mayor incidencia toda vez que un magistrado del Consejo de Estado ya le concedió al mandatario capitalino las medidas cautelares que había pedido, lo que lo atornilla en el cargo.

Prueba de fuego

Según una alta fuente de la Asamblea “las pruebas de fuego para saber si hay posibilidad de que marche con mejor ritmo la relación entre Bogotá y Cundinamarca será la definición del proyecto del Tren de Cercanías, que el próximo 30 de mayo tendrá la presentación formal de la obra que pretende utilizar el corredor férreo ya existente para facilitar el tráfico de carga y pasajeros entre la ciudad y los municipios vecinos.

El trancón por la 13

Entre tanto, siguen las quejas crecientes de los alcaldes de la región occidental de la Sabana por los eternos trancones que se están formando en la entrada a Bogotá por la calle 13, al occidente, debido a la norma distrital que redirigió el flujo de transporte de carga a esa vía, única sin restricción para la entrada y salida de tractomulas y camiones. Pese a las quejas, la administración Distrital no ha modificado la directriz, en tanto que sectores sociales en los municipios de la Sabana occidente ya hablan hasta de paro.

Piden otro puente

La única noticia alentadora en este campo se dio la semana pasada, cuando se informó que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) habría dado ya el visto bueno para la construcción de un puente intercambiable en el sector conocido como Tres esquinas. Allí se presentan trancones debido a que sale el tráfico de Funza hacia Bogotá y viceversa. Sin embargo, también se está pidiendo que se construya otro puente en la Calle 13, a la altura de la Policía de Carreteras, en Fontibón, pues es ahí en donde se concentra el gran flujo automotor.