Reconstruirán en Chile zonas arrasadas por aludes | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Abril de 2015

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, visitaba este sábado la región de Atacama, donde hace más de una semana un inusual temporal desató inundaciones y aludes que dejaron bajo el lodo a miles de personas y provocaron al menos 25 muertos y 101 desaparecidos.

 

"Estamos aquí con ustedes, estamos desde el principio, y vamos a reconstruir" la zona, respondió Bachelet a un poblador de Diego de Almagro -en Atacama- que le detalló la destrucción que provocó la catástrofe en su vivienda.

"Duele ver mi casa en el estado que quedó presidenta (...) necesito que nos den una solución", dijo un hombre de mediana edad entre sollozos a Bachelet, que respondió con un abrazo. 

Con vestimenta casual, la mandataria escuchó cada uno de los pedidos y recibió muestras de apoyo de los afectados por la catástrofe, para después visitar un puesto de atención médica.

 

"Hemos venido a ver que las cosas estén funcionando, que haya medicamentos suficientes, que haya vacunas suficientes", señaló la mandataria, que realiza su segunda visita a las zonas afectadas.

Bajo el decreto de alerta sanitaria la zona recibió miles de vacunas contra la Hepatitis A, la influenza, el tétano y la rabia, según informó el viernes la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi).

Más tarde, Bachelet se trasladó a la comuna de Tierra Amarilla –-a 15 kilómetros de Copiapó--, donde se inició la construcción de casas de emergencia financiadas por el gobierno pero que tendrán la colaboración de la Cámara de la Construcción y la organización no gubernamental Techo Chile.

Además confirmó que el gobierno trabaja en la zona para detectar posible contaminación en los suelos, en un territorio rico en metales que produce gran parte de la producción minera del país.

 

Unos 29.741 damnificados en Atacama, en la ciudad de Antofagasta y en Coquimbo forman parte de una catástrofe que dejó bajo el lodo a miles de viviendas.

 

  

– Un mal momento –

 

La tragedia llega en momentos en que la presidenta  enfrenta bajos niveles de aprobación -de apenas 31%, según la encuestadora privada Adimark-, golpeada por acusaciones de "tráfico de influencia" y "uso de información privilegiada" que pesan sobre su hijo mayor.

El escándalo provocado por las dudas sobre el manejo de su hijo llega cuando el país –uno de los menos corruptos de América Latina- tiene bajo la lupa a varios grupos económicos por su relación con la política.

 

Después de que la justicia encarcelara por delitos tributarios a directivos del millonario grupo económico Penta, que por años financió ilegalmente a la derecha opositora, la mira se posó en la minera Soquimich (SQM) que es indagada por cohecho, lavado de activos y delitos tributarios que esconderían también un posible financiamiento ilegal de campañas políticas.

A diferencia de Penta, el caso Soquimich salpica a varios integrantes del gobierno de Bachelet que emitieron boletas por servicios prestados a la empresa, lo que levantó dudas en la justicia tributaria del país.

"Dejemos que las instituciones funciones, que el Servicio de Impuestos Internos haga su tarea, que los fiscales hagan su tarea, pero no destruyamos la honra de personas que a lo mejor no han hecho nada", señaló la mandataria al ser consultada por periodistas sobre el caso, mientras visitaba Diego de Almagro.