Estados Unidos instó al reconocimiento "pleno" y "franco" de los hechos en torno a la masacre de armenios en la Primera Guerra Mundial, pero evitó llamar a la tragedia como un "genocidio".
"El presidente (Barack Obama) y otros altos funcionarios han repetidamente reconocido como un hecho histórico y lamentan que 1,5 millones de armenios fueron masacrados o marchado a sus muertes en los días finales del Imperio Otomano", dijo la vocera del Departamento de Estado, Marie Harf.
También han declarado "que un pleno, franco y justo reconocimiento de los hechos es de interés de todos nosotros, incluyendo a Turquía, Armenia y Estados Unidos".
Ankara se negó a reconocer los homicidios masivos de armenios entre 1915 y 1917 como un "genocidio", en el marco del centenario de la tragedia.
Asimismo, Turquía criticó al papa Francisco por referirse el fin de semana a este episodio como "genocidio" y convocó a consultas a su embajador en el Vaticano alegando que el pontífice dio una opinión infundada.
Harf también señaló que éstas son "naciones fuertes y progresaron al reconocer y reconciliándose con elementos muy dolorosos de su pasado".
Turquía es un aliado clave de Estados Unidos en su combate contra el islamismo radicar y es miembro de la OTAN.
Los armenios sostienen que 1,5 millones de connacionales fueron asesinados por fuerzas otomanas, en una campaña ordenada por el liderazgo militar del Imperio Otomano para erradicar al pueblo armenio de Anatolia, que hoy forma parte del este de Turquía.
De su lado, Ankara argumenta que cientos de miles de turcos y armenios perdieron sus vidas cuando las fuerzas otomanas luchaban contra el Imperio Ruso por el control del este de Anatolia durante la Primera Guerra Mundial.