por Antoine LAMBROSCHINI
Túnez prepara la reapertura el martes del museo del Bardo, cerrado tras el sangriento ataque que provocó la muerte de 21 personas, en una semana en la que el país albergará también el Foro Social Mundial.
Este lunes, el primer ministro, Habib Essid, cesó al comandante de la policía de Túnez, tras constatar "lagunas" en la protección de la zona del museo.
El mandatario "visitó ayer por la noche (el barrio del museo) y vio varias lagunas. Por eso decidió cesar a algunos funcionarios, entre ellos el jefe de la policía de Túnez y el jefe de la policía del Bardo", indicó a la AFP Mofdi Mssedi, encargado de comunicación del primer ministro.
El fin de semana el país volvió a sufrir un golpe, con la muerte de un soldado en la frontera con Argelia por la explosión de una mina, en una zona donde opera un grupo yihadista ligado a la organización Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI).
Menos de una semana después del atentado contra el museo del Bardo, que provocó el miércoles 21 muertos, 20 de ellos turistas extranjeros, las autoridades prevén reabrir el centro este martes.
El curador, Moncef Ben Moussa, dijo que éste será un acto "simbólico".
"Es un desafío pero también es un mensaje (...), queremos decirles (a los autores del ataque) que no lograron sus objetivos", afirmó.
Desde internet, se lanzaron llamados a manifestarse delante del museo, el centro cultural más famoso y prestigioso del país.
Los organizadores del Foro Social Mundial también instaron a los participantes en esta reunión sobre políticas alternativas, que se celebrará entre el 24 y el 28 de marzo, a manifestarse fuera del museo.
El fin de semana, el comité organizador dijo que la reunión se celebraría "sin ningún cambio ni modificación".
En tanto, las autoridades no han informado sobre ninguna novedad en las investigaciones, después de que el fin de semana el presidente, Beji Caid Essebsi, afirmara que están siguiendo la pista a una tercera persona que estaría directamente implicada en los atentados.
- Retorno de yihadistas -
En dos entrevistas, Essid ya había prometido cambios en la política de seguridad, tras el ataque contra el museo, ubicado al lado del parlamento.
El atentado del Bardo es el primero que afecta a extranjeros en Túnez desde 2002. Es también el primero reivindicado por el grupo Estado Islámico (IE), que opera en la vecina Libia y ocupa importantes zonas de Siria e Irak, y tiene en sus filas a centenares de tunecinos.
Al menos 500 tunecinos que se marcharon a luchar con el EI en Irak, Siria o Libia han regresado al país, convirtiéndose, según las autoridades, en una de las principales amenazas a la seguridad nacional.
"Vuelven con más experiencia y con una mejor formación y son capaces de efectuar operaciones como la del miércoles pasado. Es un problema muy serio", afirmó el presidente en una entrevista en la que reconoció que "durante algún tiempo descuidamos este fenómeno"/AFP.