“El Presidente de la República tomó la decisión, una decisión que acompañamos, de ratificar al comandante General de las Fuerzas Militares, general Juan Pablo Rodríguez Barragán; al comandante del Ejército Nacional, general Jaime Alfonso Lasprilla Villamizar; al comandante de la Armada Nacional, almirante Hernando Wills Vélez; al comandante de la Fuerza Aérea, general Guillermo León León, y al director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino”.
Las palabras son del ministro de Defensa Nacional, Juan Carlos Pinzón, luego de participar, hoy en Cali, en el VI Foro de Inteligencia y Seguridad Hemisférica.
El ministro Pinzón dijo que se trata de una buena noticia que da el Presidente pues permite seguir desarrollando de una forma más expedita decisiones que se han venido tomando en la cúpula de las Fuerzas Armadas (FF. AA.).
“En buena hora se ha ratificado la cúpula de las Fuerzas Armadas porque nos permite impulsar aún más decisiones y porque tienen el reto de seguir produciendo más resultados que le den tranquilidad a los colombianos, respondiendo a los retos de seguridad ciudadana, como el hurto, el microtráfico y la extorsión, y a las acciones de los grupos terroristas”, aseguró Pinzón.
El Ministro señaló que los ratificados comandantes deberán definir en los próximos días si hacen alguna modificación en sus fuerzas, lo que es un proceso natural.
“Lo importante es que esta cúpula tiene que seguir trabajando por el país y, principalmente, produciendo resultados”, acotó. “Las Fuerzas Armadas son garantes de la paz real y permanente del país, que es justamente lo que hoy les agradecen y reconocen a todas nuestras fuerzas”.
Pinzón explicó que existe un proceso de “transición” al interior de las Fuerzas Militares y de Policía, encabezado por el Ministerio de Defensa, que consiste en facilitar que los desmovilizados de los grupos armados ilegales “puedan reintegrarse a la vida civil y en comunidad, en el marco de lo que establezca el pueblo colombiano”.
Por último, agregó que este proceso incluye el reforzamiento de la Fuerza Pública como garante del proceso de paz y de las decisiones que de este surjan, para que los interesados en seguir delinquiendo, como ha sucedido en procesos anteriores, no lo puedan hacer.