El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió una firme defensa de Corea del Sur durante un diálogo telefónico con el presidente saliente, Lee Myung-Bak, después de que Corea del Norte realizara un ensayo nuclear subterráneo.
"Ambos líderes condenaron esta altamente provocadora violación de las obligaciones internacionales de Corea del Norte. Estuvieron de acuerdo en trabajar juntos estrechamente, incluso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", asegura un comunicado de la Casa Blanca.
Ambos presidentes, que se hicieron amigos en los últimos cuatro años, se pronunciaron en favor de tomar medidas internacionales para impedir el programa de misiles balísticos de Pyongyang y reducir el riesgo de proliferación.
"El presidente Obama reafirmó inequívocamente que Estados Unidos se mantiene firme en la defensa de sus compromisos con la República de Corea, incluida la disuasión ofrecida por el escudo nuclear norteamericano", afirma el comunicado.
Por su parte, el departamento de Estado confirmó que Corea del Norte había avisado a Washington que realizaría el test nuclear, aunque no especificó con cuánta antelación se recibió la noticia.
"Fuimos avisados", dijo a los periodistas la portavoz de Estado, Victoria Nuland, agregando que Washington reiteró a Pyongyang en esa oportunidad que se oponía a tales planes "en los términos más fuertes".
"Simplemente les voy a decir que fue antes del evento. No voy a entrar en más detalles", advirtió Nuland, agregando que la información llegó por los canales diplomáticos usuales.
Washington no mantiene relaciones con Pyongyang y normalmente está representado por Suecia en sus comunicaciones diplomáticas con Corea del Norte.
Estados Unidos presiona ahora para que haya "consecuencias" en Naciones Unidas, dijo Nuland, admitiendo que una opción posible es otra serie de sanciones.
"Es justo decir que estamos analizando el conjunto completo de opciones para tratar de conseguir que la RPDC (República Popular Democrática de Corea) cambie el rumbo", agregó.
Corea del Norte ya es uno de los países más aislados del mundo, y se ha visto afectado por una serie de sanciones internacionales que intentan obligarlo a frenar su programa nuclear.