Mariano Rajoy, jefe de gobierno de España, declinó la propuesta que le había comunicado el Rey Felipe VI, para continuar en como jefe del poder ejecutivo. Levemente impactado y con firmeza en sus respuestas, el presidente español anunció desde la Moncloa que hoy no está en la capacidad de formar gobierno porque no cuenta con el suficiente “apoyo”.
Ayer, en horas de la tarde de ayer, el rey Felipe se había reunido con el jefe del parlamento, Patxi López, en el Palacio de la Zarzuela, para concluir su ronda de consultas en torno a la formación de un nuevo gobierno. Durante ella tuvo como propósito reunirse con los jefes de los partidos políticos por cerca de una semana y como parte de los diferentes encuentros concluir con un documento en el que detalladamente anunciaba la investidura de Rajoy.
Según el comunicado real publicado por el Mundo de España, el Rey anunció que: “en el transcurso de la última consulta, celebrada con Don Mariano Rajoy Brey, Su Majestad el Rey le ha ofrecido ser candidato a la Presidencia del Gobierno. Don Mariano Rajoy Brey ha agradecido a Su Majestad el Rey dicho ofrecimiento, que ha declinado.”, finalizando en el último párrafo de un corto documento, que cita nuevamente a López para que le presente un nuevo listado de aspirantes a la Moncloa, el cual tendrá bajo estudio una semana más.
Rajoy, sin embargo, dejó claro que su aspiración sigue en firme, pese a su renuncia de momento a la propuesta del rey. “Seguiré trabajando para tener una mayoría suficiente, es la mejor para España", dijo, acallando las voces que aseguraban que su dimisión era absoluta.
El presidente hizo énfasis en el apoyo mayoritario que logró el Partido Popular en las elecciones parlamentarias del 20 de diciembre, pese al duro revés que sufrió su colectividad con respecto a 2010. "Responde al interés general de los españoles y al sentir mayoritario", sostuvo el mandatario, arguyendo que su partido representado la mayor fuerza política y debe estar a la altura del mandato de los españoles.
Por lo tanto, Rajoy mantiene su candidatura. Pero por el momento no la presenta de plano ante el rey y las instituciones, como bien lo ha dicho, al no contar con los apoyos suficientes para lograr la victoria. En el tintero, sin embargo, queda un inmenso interrogante frente a lo que viene en España. Si Rajoy hoy, a pocos días del cierre del proceso de investidura, no cuenta con el apoyo, ¿podrá lograrlo en tan corto lapso?
En estricto sentido, ¿Rajoy va lograr el respaldo de los socialistas? Sin ellos, (pese a que ya cuenta con el respaldo de Ciudadanos) como se ha demostrado, no cuenta con el suficiente número de escaños para lograr mayoría simple en el parlamento y ser investido. Bajo la inmodificable certeza de la mayoría simple, necesita 176 votos a su favor y hoy cuenta con cerca de 160, 16 votos que a inicios de la legislativas parecían un reducto secundario, pero hoy se convierten en una curules insoslayables, que, de momento, están del lado de la izquierda.
Así, el panorama español es de incertidumbre, con una izquierda fortalecida y un ejecutivo de derecha que vive una crisis a nivel institucional. Tanto a unos como a otros les duele escuchar las posibles formaciones para el futuro gobierno.
Del lado del conservador, PP, la palabra Frente Popular suena disonante y trae recuerdos que generan acidez. El Frente Popular, conglomeración de sectores de izquierda en la Guerra Civil, hoy en día ha vuelto al lenguaje cotidiano de la política española y es un término que habitualmente usan líderes como Pablo Iglesias, el jefe de Podemos, quien ayer planteó una alianza por el poder a los socialistas del Psoe.
El PP, ante dicha propuesta, sigue en su carrera de impedir a todas costa una coalición de izquierda que tenga como parte de sus miembros a sectores radicales como Podemos o Izquierda Unida (IU). Pero del lado de la izquierda, el nombre de Mariano Rajoy es tan intolerable para los oídos como mencionar el Frente Popular en la derecha.
Ante tal polarización e incertidumbre, lo único cierto en España es que el Rey se volverá a reunir con Patxi López el próximo miércoles con el objetivo de iniciar una nueva ronda con los líderes políticos y elegir un candidato a investidura. Posteriormente, el Rey presenta a ese candidato, en caso de que no decline, al Parlamento, quien tendrá que votar a favor o en contra de este.
De acuerdo al artículo 99 de la Constitución de 1978, este proceso de votación y su posterior ratificación, tienen un plazo de dos meses, dentro de los cuales los partidos políticos se tendrán que poner de acuerdo y apoyar al candidato a jefe de gobierno. En ese escenario, el candidato investido deberá obtener 176 votos en el Congreso, monto que hoy en día no tiene ninguno de los posibles candidatos, a saber Sánchez o Rajoy.
Si el hemiciclo no apoya al candidato en la primera elección con el número de votos presupuestados, se volverá a votar en 48 horas y si sucede lo mismo, se convocará a nuevas elecciones generales, un escenario que cada vez se vuelve más probable en una España dividida y polarizada.