Es normal que integrantes de la Policía Nacional aparezcan en las noticias propinándoles contundentes golpes a los delincuentes.
Pero de un tiempo para acá, es cada vez más frecuente que la institución sea involucrada en escándalos y suspicacias.
Extraño retiro
El más reciente caso es el de la general Luz Marina Bustos que renunció a su cargo de subdirectora de la Policía Nacional y a continuar en la institución.
A través de un comunicado, la Policía sostuvo que “Colombia la recordará por ser quien labró el camino para que las mujeres alcanzaran el máximo peldaño de la oficialidad, gracias a sus conocimientos, y altas capacidades físicas y morales. La institución agradece su gestión, la sabiduría y el dinamismo impartidos en la modernización, perfeccionamiento y aplicación de varios procesos”.
Sin embargo, toda suerte de especulaciones se ha empezado a tejer en torno a la renuncia, dado que se da en medio de la crisis que sacude la institución.
Posible corrupción
Horas antes, se había producido el retiro del comandante de Tránsito de Cundinamarca, coronel Otaín Rodríguez, luego de conocerse varias declaraciones del oficial quien asegura que "cuadra su bolsillo" haciendo comparendos.
Rodríguez también debe enfrentar un proceso disciplinario por las grabaciones reveladas donde presuntamente también asegura que en las carreteras del país está la "money pulpita", y que la Policía de Tránsito es un negocio.
Frente a este presunto caso de corrupción, la Policía Nacional aseguró que el proceso disciplinario fue abierto por parte de la Inspección General de la Institución con el ánimo de determinar las responsabilidades individuales de los implicados.
Destituciones
El propio general Rodolfo Palomino, director de la Policía Nacional, aseguró que durante su gestión al frente de esa institución han sido destituidos más de 2.000 uniformados por presuntas irregularidades.
“Hemos tenido que retirar en estos dos años y un poco más al frente de la Dirección, a más de 2.000 hombres y lo vamos a seguir haciendo. Y si esa duda amerita adelantar una orden penal no tendremos ninguna concesión”, dijo Palomino.
“Esta es una institución que al combatir las actividades delictivas pues también está expuesta a esos riesgos, porque se dejan seducir no sólo de manera personal, sino también por varias de esas organizaciones ilegales”, indicó.
Comisión
La crisis que vive la Policía motivó la designación de una comisión presidencial para investigar algunas anomalías, instancia que, expresó ayer la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), “sigue sin brindar respuesta” sobre las chuzadas a las comunicadoras Vicky Dávila y Claudia Morales, así como al equipo periodístico de La FM.
En diciembre, la FLIP consideró "importante que tanto el general Palomino como el fiscal Montealegre inicien investigaciones y manifiesten su rechazo. Sin embargo, esto no debe minimizar el hecho de que la capacidad de iniciar y mantener actividades de inteligencia está a cargo de las mismas entidades que ellos lideran".
Al anunciar la comisión, el presidente Juan Manuel Santos expresó que "no vamos a tolerar persecuciones o instigaciones a ciudadanos desde la Policía o desde cualquiera otra de las instituciones. Aquí no perseguimos a nuestros críticos, no perseguimos a nuestros opositores. No chuzamos a periodistas y si alguien lo está haciendo es sin el conocimiento ni la autorización del Gobierno y tendrá que enfrentar todo el peso de la ley. No vamos a permitir que las actuaciones indignas de algunos manchen el buen nombre de una institución tan querida por los colombianos".
Ascensos
En los últimos días se ha hecho difícil el proceso de ascensos de altos oficiales tramitados en el Congreso, especialmente porque los legisladores quieren ser meticulosos a la hora de revisar las hojas de vida.
En el final de 2015 se vio cómo el único ascenso que quedó indefinidamente aplazado fue el del general Luis Eduardo Martínez, director de la Policía de Carabineros y excomandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, quien siendo brigadier general aspiraba a ser mayor general.
Ayer, La W dio a conocer versiones adjudicadas a personas cercanas a Martínez, según las cuales le urge dejar su nombre en limpio frente a la cadena de anónimos que lo vinculan con delincuentes que llevaron a que su hoja de vida fuera retirada del Congreso.
"No voy a salir de la Policía como un delincuente. Ya no me interesa ascender, quiero limpiar mi nombre y voy a dar la pelea", les habría dicho a sus allegados.
Posconflicto
Sin embargo, aunque la crisis parece ser grave, lo más delicado es que la Policía debe ajustarse a la época del posconflicto asumiendo las tareas que el momento le impone.
Por un lado está el fortalecimiento de su papel rural, con el fin de garantizar la seguridad del campo colombiano, especialmente consolidando el desarrollo de las regiones golpeadas por el conflicto armado.
Pero, como advirtió en su momento el exalto consejero para la Convivencia y Seguridad, Francisco José Lloreda, si el Gobierno lograra establecer un acuerdo para poner fin al conflicto con las Farc, la atención de la Policía habrá de pasar de la seguridad nacional a la seguridad ciudadana.
"Esa es la experiencia de otros conflictos. Y creo que en el caso de Colombia es importante entender que la criminalidad no se supedita a la que propicia la guerrilla. Tenemos un problema serio con el narcotráfico, independientemente de quién sea el actor que lo haga, y más en un país en donde la economía criminal se hará lo que esté al alcance por existir", dijo Lloreda en 2013.