No llegar a la dirección de la OIT le significa al segundo a bordo del Gobierno analizar cuál debe ser su futuro inmediato en materia política. ¿Seguir con Santos y buscar la reelección? ¿Renunciar con miras a aspirar a la Casa de Nariño en 2014, incluso contra Santos? ¿Quedarse en el Gobierno pero pensando en 2018? Escenarios y dudas jurídicas
1. ¿QUEDARSE CON SANTOS?
Para muchos analistas la mejor opción que le queda al actual Vicepresidente es aplicarse a su labor como segundo a bordo, en busca de que Santos lo vuelva a ratificar como compañero de fórmula en 2014, puesto que está visto que el Jefe de Estado si buscará la reelección.
También parecería claro que el artículo 204 de la Constitución es tajante cuando afirma de manera directa y taxativa que “el Vicepresidente podrá ser elegido Presidente de la República para el período siguiente cuando el Presidente en ejercicio no se presente como candidato”.
No es un secreto que Santos llega a la mitad de su mandato con una favorabilidad que oscila entre 50 y 65%, según las distintas encuestas, y con esos porcentajes la posibilidad de que pudiera repetir en la Casa de Nariño es viable. Si el Mandatario se encontrara por debajo del 50% o tuviera una tendencia más marcada de impopularidad o de descalificación de la gestión, a Garzón bien la valdría el riesgo de intentar competir con Santos en 2014, pero hasta el momento ese escenario negativo para el Jefe de Estado no se configura.
También es claro que nada le garantizaría a Garzón que el respaldo del ex presidente Uribe (que ha demostrado no ser bueno endosando votos a un tercero) o una corriente política nueva como Centro Independiente (movimiento muy cercano al hoy Vicepresidente y que busca allanar apoyos del centro radical, la izquierda democrática y la centro-derecha) tenga la suficiente fuerza como para derrotar a un Presidente-candidato, con todo lo que esta condición implica y una coalición política tan amplia como la Unidad Nacional.
2. ¿RENUNCIAR Y ESPERAR?
Hay quienes consideran que Garzón definitivamente quiere ser candidato presidencial en 2014, ya sea a nombre de La U (si Santos no se postula), del uribismo (con Uribe como posible fórmula vicepresidencial) o del llamado movimiento de Centro Independiente.
En cualquiera de esos escenarios, o en espera de allanar los apoyos de los tres sectores, es claro que tendría que dar un paso al costado, es decir renunciar a la Vicepresidencia y hacerlo en los próximos meses. Además, es evidente que a Garzón le han quitado protagonismo en los últimos meses en el Gobierno, después de un primer año en donde fijó posturas propias y pisó más de un callo en el gabinete. Y tampoco es un secreto que Santos apostaría hoy más fácil a un sucesor como Vargas Lleras que a su propio Vicepresidente.
Incluso, hay congresistas, como el senador Roy Barreras, que consideran que Garzón bien podría estar renunciando en enero o el primer semestre del próximo año, con el fin de no inhabilitarse para ser candidato en 2014.
En cuanto a la prohibición constitucional contenida en el artículo 204, algunos juristas y allegados políticos a Garzón sostienen que si renuncia un año antes de la inscripción de candidaturas presidenciales, no tendría ninguna inhabilidad pues perdería la condición de Vicepresidente (y por ende saldría del ámbito de la prohibición del 204) y entraría a ser cobijado por el mandato del artículo 191, según el cual “para ser Presidente de la República se requiere ser colombiano por nacimiento, ciudadano en ejercicio y mayor de treinta años”. Además, las únicas inhabilidades para ser elegido Presidente son las contenidas en el artículo 197, que se refieren a las consagradas en los numerales 1 (condena judicial), 4 (pérdida de investidura parlamentaria) y 7 (doble nacionalidad) del artículo 179. Incluso el parágrafo que advierte que no puede ser elegido Jefe de Estado “el ciudadano que un año antes de la elección haya ejercido” una serie de cargos, no menciona de manera taxativa el de la Vicepresidencia.
3. ¿QUEDARSE PARA VALORIZARSE?
Una ruta intermedia para Garzón podría ser la de quedarse en el Gobierno pensando, ya no en 2014 sino en 2018. Es claro que si ocupa dos veces la Vicepresidencia no se inhabilita para ser Presidente (al tenor del primer inciso de artículo 197: Nadie podrá ser elegido para ocupar la Presidencia de la República por más de dos períodos.).
Garzón ha demostrado que tiene un peso específico dentro del Gobierno y que por más que algunos ministros y altos funcionarios lo han tratado de restringir o aislar, siempre termina opinando y exponiendo sus criterios, así ello le haya traído más de un jalón de orejas del propio Santos. Es más, debido a estos roces en una ocasión dijo que si le tocaba irse para la casa, lo haría, pero con el título de Vicepresidente y con el derecho a opinar de lo que considere.
En la propia Casa de Nariño hay quienes recomiendan que en momentos en que el uribismo más radical le apunta con el dedo acusador al Jefe de Estado, debería dársele más visibilidad a Garzón, no sólo porque enfatiza el perfil social y de centro del Ejecutivo (en contraposición a la extrema derecha que encarnan las toldas del ex presidente), sino porque muchas de sus opiniones calan más fácilmente en la opinión pública que las del propio Primer Mandatario. Quiérase o no, Garzón tiene más carisma que Santos.
En ese orden de ideas, no pocos analistas indican que el Vicepresidente debería ‘negociar’ con el Presidente que le diera más protagonismo y le delegara funciones más importantes (sobre todo en materia de paz, derechos humanos o la implementación de leyes como las de Víctimas y restitución de tierras). De esta forma, Garzón se posicionaría aún más y podría salir con un peso específico político y electoral más propio y duradero. Y es que el hoy Vicepresidente debe tener en cuenta que ser visto como un alfil coyuntural de Santos (para equilibrar el énfasis social), una jugada de Uribe (para saltarse la prohibición de volver a la Casa de Nariño) o la carta salvadora de la izquierda democrática (para esquivar el desgaste del Polo y la división de esta franja política), terminan quitándole independencia y margen de acción propio, algo clave para alguien que no tiene tras de sí una colectividad partidista mayoritaria jugada 100 por ciento a respaldarlo.
OIT no fue para Colombia, ganó Ryder
El nuevo director es el primero en ser promovido por sindicatos y no por gobiernos en la historia casi centenaria del organismo.
El nombre del vicepresidente Angelino Garzón alcanzó a estar elegible para dirigir la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hasta la sexta ronda de votación, en la madrugada de ayer en Ginebra, Suiza.
En esa ronda, Garzón fue eliminado, quedando la disputa entre el francés Gilles de Robien y el británico Guy Ryder, número dos de la OIT y candidato de los sindicatos quien finalmente conquistaría el derecho a asumir el cargo en el organismo multilateral.
El presidente de la Confederación General de Trabajadores, Julio Roberto Gómez, lamentó que las organizaciones sindicales colombianas no hayan apoyado la candidatura de Garzón porque respaldaban Ryder, quien viene del sector sindical.
Gómez, en diálogo con la Radio Nacional, recordó que el nuevo director de la OIT ha acompañado a los trabajadores en los conflictos laborales que se han registrado en Asia, América y Europa.
De hecho, Ryder es el primer director en ser promovido por sindicatos y no por gobiernos en la historia casi centenaria del organismo, creado en 1919; fue elegido al cabo de seis votaciones, por 30 votos a favor de los 56 miembros titulares del Consejo de Administración de la OIT (28 representantes gubernamentales, 14 de los empleadores y 14 de los trabajadores).
La canciller María Ángela Holguín anotó que en la ronda final y decisiva los cinco países latinoamericanos, que apoyaron durante todas las rondas la candidatura de Garzón, se mantuvieron unidos y le dieron su voto a Ryder.
El ministro de Trabajo, Rafael Pardo, destacó a través de un comunicado que haber sido Garzón eliminado para la definición entre Robien y Ryder, le permitió llegar al tercer lugar entre los 9 postulados.
Según Pardo, “durante esta campaña, el Vicepresidente les demostró a los dirigentes más importantes del mundo laboral y a muchos países del mundo, que nuestra nación está dando una gran lucha contra la violencia sindical y por la defensa de los derechos de los trabajadores. El Vicepresidente ha hecho un gran papel en la OIT”.
Para el presidente de la Cámara Simón Gaviria, jefe único del Partido Liberal, el Vicepresidente ha hecho un buen trabajo y es importante su participación en el Gobierno: “Angelino Garzón sigue siendo muy importante en materia laboral, en materia de DDHH, en materia social, en la paz. Yo diría que Angelino es un hombre de mucho valor, muy importante y esperamos que siga participando activamente en el Gobierno”.