Protestan por violencia sexual en indígenas | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Junio de 2016

“La violencia sobre el cuerpo y el espíritu es detestable, y comprender esta situación debe garantizar una paz estable”. De esta manera lo manifestó el viceministro de Promoción de la Justicia, Arleys Cuesta Simanca, durante la instalación del ‘Diálogo Intercultural: Justicia y Violencia Sexual en Pueblos Indígenas’, que se cumplió en el hotel Habitel de Bogotá y de cuya organización hizo parte el Ministerio de Justicia y del Derecho.

“La paz debe partir de entender que no es una cuestión ajena ni de autoridades, sino del respeto pleno por el otro”, anotó el alto funcionario, quien añadió que en cuanto a violencia sexual, ese respeto nace al entender que cada ser humano en sí mismo es una unidad que amerita toda la consideración de parte de los demás. “La violencia sobre el cuerpo y el espíritu es detestable, y comprender esta situación debe garantizar una paz estable”, indicó.

En el evento, en el que se generó un espacio de diálogo que permitió compartir experiencias y reflexiones, e impulsar propuestas sobre el abordaje de la violencia sexual contra mujeres, niñas, niños y adolescentes indígenas –todo ello en el marco de la prevención, el acceso a la justicia, verdad y construcción de paz-, el Viceministro recalcó que la violencia sexual es “infame” en cualquier espacio.

“Estamos hablando de plenos sujetos de derecho. La violencia sobre el cuerpo, la libertad y la individualidad merece reproche en cualquier escenario. Por ello todo lo que tiene que ver con garantía de derechos para quienes han sido víctimas de violencia sexual debe estar asegurada, bien en la jurisdicción especial indígena o en la jurisdicción estatal”, manifestó.

El alto funcionario afirmó que un diálogo intercultural como el que se cumplió en Bogotá debe servirle de insumo al Ministerio de Justicia para armonizar la Jurisdicción Estatal con una herramienta  normativa como la Ley Estatutaria de Armonización de la Jurisdicción Especial Indígena. Esto con un solo objetivo: proteger derechos. “Es un reto universal en el sentido de que estamos hablando de seres humanos en los que la igualdad es principio fundamental. Así, garantizar los derechos de cualquier persona que haya sido víctima de violencia sexual y prevenir este tipo de comportamientos debe ser una preocupación de todos. Se trata de una visión universal en el marco de los derechos humanos”