La Administración Distrital quiso conocer a través de un estudio elaborado por la Secretaría de Desarrollo Económico, el impacto de la política de mínimo vital de agua en el gasto de los hogares bogotanos. Para alcanzar este objetivo, el Observatorio de Desarrollo Económico (ODE) contó con la participación de la firma Raddar Consumer Knowledge Group, lo que aportó conocimiento, experiencia y una visión imparcial sobre los resultados de la política en los hogares de estratos bajos de la ciudad.
El estudio concluyó que durante 21 meses, periodo de análisis de la medida entre febrero de 2012 y octubre de 2013, se han beneficiado 670.000 suscriptores bogotanos que corresponden a 640.000 hogares de estratos uno y dos.
El secretario de Desarrollo Económico, Carlos Simancas, explicó que “la medida cuya inversión en el Distrito fue cercana a los 57 mil millones de pesos en el periodo de estudio, no condujo a un incremento irresponsable en el consumo de agua. El ahorro, que se estima en 160.916 millones de pesos en el periodo de estudio, se tradujo en un mayor ingreso disponible en los hogares más vulnerables de la ciudad, equivalente a su gasto en hamburguesas o textos escolares durante 2013”.
Además, Simancas indicó que “en la versión preliminar del Plan Nacional de Desarrollo 2014 a 2018 discutida en el Consejo Nacional de Planeación, fue importante desarrollar el marco legal para la aplicación del mínimo vital de agua teniendo en cuenta el acceso al servicio de acueducto, la recuperación de costos y la asignación de subsidios, para asegurar a la población el recurso”.
Sin embargo, pese que ha sido catalogado como una política exitosa y reconocida así por el Gobierno Nacional, el mínimo vital de agua no fue incluido en el articulado del Plan Nacional de Desarrollo presentado al Congreso de la República, aclaró el funcionario.
El Secretario finalizó diciendo que “se pierde una valiosa oportunidad de reconocer a escala nacional el acceso al agua potable como un derecho humano, definitivo en mejorar la calidad de vida de los colombianos, el cual debe ser satisfecho sin importar la capacidad de pago de los hogares”.
Esta publicación constituye así un ejemplo de cuantificación del impacto de las políticas públicas desarrolladas por las administraciones, además permite a los distintos gobiernos locales replicar y profundizar las experiencias exitosas de ciudad, principalmente en las medidas destinadas a combatir la pobreza y la segregación en el territorio.