Actualizar la malla vial de la ciudad, construir puentes peatonales y vehiculares, nuevas avenidas o mantenimiento rutinario de las vías podría ascender a 20 billones de pesos, resolver los trancones, acabar con la cultura del atajo, querer a la capital de los colombianos, trabajar en el cambio climático, entre otras reformas estructurales que requiere Bogotá, no se arreglan de la noche a la mañana.

Cada cuatro años, cuando hay relevo en la Administración, salen a la luz pública las soluciones a todos los problemas en los proyectos de los planes de desarrollo donde se promete cielo y tierra. Las corporaciones públicas, en este caso el Concejo, por mayoría aprobó “Bogotá Humana”: el ambicioso Plan de Desarrollo de Gustavo Petro que tiene para el cuatrienio inversiones por 51 billones de pesos. Sin embargo, los expertos y analistas indican que será una de las administraciones con menor ejecución presupuestal en la historia de la ciudad.

Por ejemplo, el tema bandera de hace varias décadas, como es la construcción de la primera línea del metro, no se cumplió la meta de ensanchar los primeros cinco kilómetros como quedó en el decreto firmado por el mandatario capitalino cuando se expidió el Plan de Desarrollo. “Se construirá el 12 por ciento de la red de metro pesado”.

A pesar de que no se llega ni al 0 % de la meta física, sí hay que destacar que la Administración siguió con el proyecto de la Primera Línea del Metro hasta el punto que hace múltiples esfuerzos para que la licitación, por lo menos, se deje abierta antes del 31 de diciembre cuando finaliza el periodo del alcalde Petro. La ciudad nunca había estado tan cerca de concretar una de las obras más importantes de este siglo en Colombia.

En materia de movilidad, uno de los principales problemas de los ocho millones de habitantes, las metas del Plan de Desarrollo no se cumplirán en su mayoría, no solo porque el Concejo de Bogotá no le aprobó al mandatario proyectos, sino que la gestión pública de las entidades es muy pobre.

Entre las promesas que se quedan en el tintero, y que si la nueva administración no las prioriza morirían son: la construcción de los siete kilómetros de cable aéreo que sigue en estudios y listo para la licitación; la intervención de las vías férreas no tiene ningún avance debido a que las Asociaciones Público-Privadas (APP) para las líneas Estación de la Sabana, Facatativá, Soacha y Zipaquirá no arrancarán este año, pero se deja un largo camino que se ha despejado para que estos proyectos de largo plazo sean una realidad.

A pesar de que el mandatario capitalino trabaja en los temas ambientales, en la promesa de unir el sistema de ciclorrutas con pasos elevados y circuitos, se quedó en el papel porque según los expertos no llegará al 50 por ciento.

En este mismo sentido, la reconstrucción del 100 por ciento de las troncales de la Caracas y la Autopista Norte no se cumplió porque el Concejo rechazó la propuesta, debido a que, supuestamente estaba mal sustentada; la construcción de la Troncal de la Boyacá se quedó en estudios y las obras de la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) quedaron paralizadas en esta Administración en el perímetro urbano porque el Gobierno nacional, departamental y los municipios trabajan para sacar la obra adelante.

Seguridad

Entre los 10 programas que conforman el Eje 3: ‘Una Bogotá que fortalece y defiende lo Público’, están los temas de seguridad, gestión pública, participación y desarrollo institucional con 3,6 billones de pesos de ejecución. La ejecución presupuestal, según un informe técnico de la Veeduría Distrital a 31 de diciembre, reporta un 51%, es decir, es el eje con mayores niveles de ejecución del Plan de Desarrollo pero la nueva estación de la Policía Metropolitana no se podrá entregar en funcionamiento al 100 por ciento al finalizar el periodo por problemas jurídicos.

Resulta que el tema de seguridad tenía un acumulado a 2014 de 652 mil millones de pesos, de los cuales ejecutó el 49%. Entre las metas del programa que se encuentran en dificultades para ser cumplidas en este cuatrienio vale la pena mencionar la creación y operación de la Secretaría Distrital de Seguridad, básicamente por las malas relaciones que tiene el alcalde con los concejales.

Aunque se ha logrado reducir la tasa de homicidios, principalmente por la prohibición al porte de armas de fuego, otros delitos como las lesiones personales, hurto a personas y residencias se ha disparado el índice. En este mismo sentido, una de las promesas era bajar victimización, la percepción de inseguridad y subir las denuncias. Ninguna reaccionó.

En un informe técnico de la Veeduría Distrital se establece que el eje 1 del Plan de Desarrollo concentra la apuesta social de la Administración al programar 31 billones de pesos, no obstante, a diciembre 31 se habían comprometido 14,2 billones de pesos. El eje 2, por su parte, con 16,5 billones de pesos programados ha comprometido 6,2 billones de pesos o el 37,63%. El eje 3, con un presupuesto programado de 3,6 billones de pesos ha comprometido 1,8 billones de pesos que corresponde al 51,27% de avance.

Seguramente entre las metas incumplidas también hay aciertos de la Administración que no son visibles y que con el transcurrir del tiempo serán reconocidos.