La detención del exmayordomo del Papa, Paolo Gabriele, arrestado el 23 de mayo pasado por la filtración de documentos confidenciales de Benedicto XVI, fue prolongada "por algunos días", indicó a la prensa el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi.
Al cumplirse los 50 días previstos de la detención cautelar, el juez instructor, Piero Antonio Bonnet, decidió prolongar el plazo debido a que tiene programado recoger "otros testimonios en los próximos días", explicó Lombardi.
"La última etapa de la fase de instrucción prevé interrogatorios formales a Gabriele, los cuales se realizarán en unos diez días", precisó.
La detención cautelar del exmayordomo del Papa "no será prolongada otros 50 días, sino unos pocos", los necesarios para concluir la investigación, agregó.
En esos días el juez cerrará tanto la fase de recogida de información como los interrogatorios de Gabriele, aseguró Lombardi.
Gabriele, de 46 años, detenido con documentos confidenciales y correspondencia privada del Papa y de su secretario personal, monseñor Georg Gänswein, su superior en la jerarquía interna, ha sido acusado de robo de documentos con agravante, por lo que se expone a una condena de entre 1 y 6 años de cárcel.
El exmayordomo del Papa es el único detenido por el caso y no se descarta que cuente con cómplices, por lo que podría ser acusado, entre otros delitos, de asociación para delinquir y revelación de secretos políticos y por consiguiente la pena de cárcel podría aumentar.
Una Comisión de tres cardenales, presidida por el español Julián Herranz, investiga paralelamente el caso y entregará "la próxima semana" un informe final al Papa, informó la misma fuente.
"Se reunirán la próxima semana con el Papa para presentarle un informe del trabajo y de sus investigaciones", aseguró Lombardi.
Según medios de comunicación italianos existe la posibilidad de que el Papa emita una medida de gracia.
El portavoz del Papa contó que Gabriele se encuentra "sereno y obtiene consuelo con el rezo", según su abogado, a quien recibe regularmente.
Gabriele era uno de los pocos laicos con acceso al apartamento privado de Benedicto XVI y fue designado mayordomo en el año 2006, cuando reemplazó a Angelo Gugel, quien estuvo durante años al servicio de Juan Pablo II.
La imagen del Vaticano resultó muy dañada por la filtración e incluso abrió un debate sobre el liderazgo del Papa como guía de la Iglesia.
En enero pasado, documentos confidenciales divulgados por la prensa italiana, --el escándalo bautizado como "Vatileaks"--, confirmaron las luchas internas e intrigas dentro de los palacios apostólicos.
La publicación en mayo de un libro, con un centenar de documentos internos confidenciales sobre temas candentes, bajo el título "Su Santidad, las cartas secretas de Benedicto XVI", de Gianluigi Nuzzi, volvió a poner sobre el tapete las luchas y confabulaciones por el poder dentro de la legendaria institución.
El libro, en el que se denuncian presuntas conspiraciones entre los cardenales, salió pocos días después del despido del director del Banco Vaticano por un presunto caso de lavado de dinero.