Varios sectores privados apuntan a que ante el actual panorama económico internacional que impacta al país, el crecimiento del PIB para este año será moderado pero no pobre.
El promedio de estas tendencias indica una expansión de 3,4% en 2015. Teniendo en cuenta que el crecimiento en 2014 fue de 4,6%, esta proyección representa una moderación de la actividad productiva y es el resultado de una combinación de factores, como la caída en los precios del petróleo y otras materias primas, un crecimiento menos pronunciado de la demanda interna y un menor dinamismo en sectores como la construcción y la minería.
Señalan los analistas del Bancolombia que a pesar de lo anterior, mantener un crecimiento muy superior al esperado para América Latina este año (1,3%) es un mérito significativo para Colombia, si se tiene en cuenta la magnitud del choque petrolero y el deterioro marcado de las condiciones externas para el mundo en desarrollo.
Además, para el próximo año la economía puede experimentar una recuperación, con un crecimiento previsto de 3,7% en la medida en que las cotizaciones del crudo se estabilicen, los sectores exportadores se beneficien de una tasa de cambio más competitiva y la ejecución de los proyectos de infraestructura 4G empiece a reflejarse en las cuentas nacionales. En resumen, a pesar de enfrentar una nueva y más retadora realidad, la visión de la economía colombiana es optimista.
Estos son otros aspectos que también tendrán impacto en el entorno económico de Colombia de 2015, los investigadores señalan que en el rumbo de la tasa de cambio, el determinante principal del mercado cambiario es el entorno global. Entre estos factores se incluyen la presión a la baja en los precios de las materias primas, el aumento en la volatilidad en varias clases de activos, el descenso en los niveles de reservas internacionales en muchos países y unas perspectivas de renovada desaceleración en el crecimiento del mundo emergente.
Por lo anterior es que se prevé un panorama retador para la moneda colombiana en los meses siguientes. Como resultado, fueron ajustadas las expectativas de tasa de cambio para el presente año; para el cierre de 2015, se ubicaría en 2.700 pesos (revisada desde 2.350 pesos), mientras que el nivel promedio del año sería de 2.660 pesos (frente a la tasa media de 2.400 pesos que fue proyectada antes). Esto implicaría que para todo este año la depreciación de la tasa de cambio nominal sería de 14%, inferior al 23% observado en 2014.
De otro lado, y debido a los cambios recientes en la economía, los niveles de confianza de los consumidores han sufrido una posible disminución. Esto ha ocasionado que el consumo de los hogares pueda expandirse a un ritmo del 3,2%, frente al 4,3% del año anterior y quela demanda interna se expanda un 4,3% anual en 2015.
Sobre la inflación, los investigadores indican que pese a que se moderará paulatinamente, se mantendría en 2015 y 2016 por encima del 3%. El análisis indica que los primeros meses del año se incrementará por encima del 4% anual y que convergería al rango meta del Emisor hacia el segundo semestre de 2015. En concreto, para fin de este año la expectativa es que la variación en los precios al consumidor llegue a 3,85%, por cuenta del traspaso de la devaluación en los precios finales y los choques de oferta en alimentos, entre otros.
Nadie se atreve a pronosticar hasta dónde podrá influir la caída de los precios del petróleo en el crecimiento del PIB para este año. /ENS