El petróleo superó en Nueva York la barrera de los 60 dólares por primera vez en 30 meses tras caer los stocks estadounidenses y estabilizarse la cantidad de sus pozos activos.
El precio del barril de light sweet crude (WTI) para entrega en febrero subió 58 centavos y terminó en 60,42 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex).
"Es una muy hermosa manera de terminar el año y esto subraya la fuerte demanda observada" en 2017, dijo Phil Flynn, de Price Futures Group.
En el correr del año el petróleo neoyorquino aumentó 12,40%.
Los precios fueron impulsados al alza el viernes, un día después de un informe del departamento de Energía estadounidense (Doe) que da cuenta de una baja de las existencias de crudo en Estados Unidos.
"Los stocks de petróleo crudo están en caída por sexta semana consecutiva. Son inferiores en 50 millones de barriles a los del año pasado por la misma época", comentó Robert Yawger, de Mizuho USA.
Los precios se vieron también afectados por un estancamiento del número de pozos de petróleo activos en Estados Unidos, un dato difundido cada viernes por la sociedad Baker Hughes.
El aumento del número de pozos es un indicador de una futura alza de la producción.
"Esta fue la segunda semana consecutiva en que no ha habido ningún pozo nuevo. (...) Se trata tal vez de una pausa por las vacaciones, pero también puede ser la manifestación de una pausa en la exploración", señaló Flynn.
El informe del DoE ya había destacado un retroceso de la producción semanal de crudo en Estados Unidos por primera vez tras siete récords consecutivos.
Reservas en EU
Las reservas estadounidenses de crudo bajaron más de lo esperado en la semana cerrada el pasado viernes, informó el departamento de Energía.
Al 22 de diciembre los inventarios habían mermado en 4,6 millones de barriles a 431,9 millones cuando analistas consultados por la agencia Bloomberg esperaban una caída de solo 3,75 millones.
Con este volumen las reservas comerciales son 11,1% menores a las de la misma época del año pasado.
Las reservas de gasolina tuvieron un incremento de 600.000 barriles. Los analistas esperaban que el aumento fuera de 1,35 millones.
Los stocks de destilados (como el aceite de calefacción, por ejemplo) se acrecentaron en 1,1 millones de barriles cuando los expertos estimaban que estancarían.
La producción bajó tras siete semanas en nivel récord: las extracciones tuvieron un promedio de 9,75 millones de barriles por día contra 9,79 millones de la semana anterior.
Producción en Irak
Por otra parte, Irak comenzó a retomar la administración del campo petrolero gigante de Majnún, en el sur del país, tras la retirada de la compañía anglo-holandesa Shell, anunció el ministro del Petróleo Jabar al Luaibi.
"Se ha formado un comité de gestión ejecutivo para retomar el campo de Majnún, así como las prerrogativas y documentos, tras la decisión de Shell de retirarse", declaró.
La fecha límite para retomar el control total de la gestión del campo fue fijada "al 30 de marzo de 2018", señala un comunicado de su ministerio. "Empleados de Shell estarán presentes hasta junio para terminar algunos procedimientos".
El objetivo es alcanzar "una producción de más de 400.000 barriles diarios durante los años venideros", prosigue el texto, reduciendo los costes de producción del barril "en más del 30%".
Se trata de un sistema transitorio hasta que el ministerio elija a un nuevo administrador. La nueva oferta de licitación se lanzará próximamente.
En 2009, el gobierno iraquí eligió a Shell para desarrollar este campo cuyas reservas están estimadas en 12.580 millones de barriles. La compañía se marcó el objetivo de alcanzar de 1,8 millones de barriles diarios, pero esta cifra resultó ser exagerada y todos los contratos desde entonces han sido revisados a la baja.
En 2013, el ministerio iraquí del Petróleo acusó al productor de hidrocarburos anglo-holandés de haberle impedido ganar 4.600 millones de dólares debido a retrasos de producción, en una carta consultada por la AFP.
Poco después, Shell expresó su deseo de poner fin a su contrato, que se había vuelto menos rentable, después de tres años de explotación de Majnún.
La OPEP
Los 24 países petroleros, miembros o no de la OPEP, que firmaron en enero un acuerdo para disminuir la producción de crudo sobrepasaron su objetivo de reducción en un 22% en noviembre, celebró el ministro de Petróleokuwaití.
"Se trata de un mensaje fuerte al mercado petrolero de que los países miembros o no de la OPEP que participan en el acuerdo se comprometieron (...) a hacer todo lo posible por restablecer el equilibrio del mercado petrolero", declaró el ministro Bakhit al Rachidi, citado por la agencia oficial Kuna.
Kuwait preside hasta finales de año el comité ministerial conjunto que vigila el respeto del acuerdo entre los firmantes, así como el comité técnico conjunto de los países de la OPEP y no OPEP (JTC).
"He recibido el informe del JTC hoy (...) La conformidad en noviembre es la mayor jamás observada desde enero, el nivel alcanzado es del 122%" del objetivo de reducción de la producción, afirmó.
El ministro hizo estas declaraciones tras la 11º reunión del JTC este miércoles en Viena. Celebró un "nivel histórico y sin precedentes de conformidad observado por los 24 países que participan en el acuerdo".
La OPEP y 10 países socios, entre ellos Rusia, decidieron el 1 de diciembre prolongar sus cuotas de producción de petróleo hasta finales de 2018 para estabilizar los precios, superando las tensiones políticas en Oriente Próximo y las reticencias de Moscú.
Veinticuatro país, que representan cerca del 60% de la oferta mundial, continuarán limitando su producción en 1,8 millones de barriles diarios en total, tal y como lo hacen desde que firmaron su pacto en enero.
La prolongación del acuerdo de limitación de producción permitió una subida de los precios del bruto. El barril de Brent, referencia excepto para Estados Unidos, está por encima de los 60 dólares, tras haber caído hasta los 26 dólares en febrero de 2016.
Francia no explotará crudo
Asimismo en una decisión sorprendente, el Parlamento francés adoptó un proyecto de ley para poner fin a la explotación de hidrocarburos en Francia de aquí a 2040, una decisión con importantes consecuencias industriales y medioambientales que algunos políticos y oenegés consideran insuficiente.
Para concretar la promesa del presidente Emmanuel Macron de "sacar a Francia de las energías fósiles" (petróleo, gas, carbón...), el proyecto de ley prevé la prohibición de nuevos permisos de prospección de hidrocarburos, líquidos o gaseosos, incluso en el mar. Tampoco se darán nuevas autorizaciones para el carbón.
El texto estipula además que los permisos de explotación ya concedidos no se renovarán más allá de 2040 y prohíbe la extracción de hidrocarburos no convencionales como el gas de esquisto, sea cual sea el método utilizado.
Se adoptaron sin embargo dos derogaciones, para disgusto de las oenegés ecologistas: la producción podrá continuar después de 2040 si el industrial que posee un permiso no ha cubierto sus gastos respecto a sus prospecciones previas; y se mantiene la explotación de azufre en la cuenca de Lacq, en el suroeste.
"El final de las energías fósiles se está escribiendo, y la Asamblea está escribiendo la primera página", celebró tras la votación el ministro de la Transición Ecológica, Nicolás Hulot.