El presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi se comprometió a organizar legislativas "antes de finalizar el año" y aseguró haber evitado una guerra civil que causaría "un daño terrible" a Europa, en declaraciones publicadas este miércoles, víspera de una visita oficial a España.
Los comicios legislativos "doy mi palabra de que se celebrarán antes de finalizar el año", afirmó el dirigente egipcio en una entrevista concedida en El Cairo al diario de centro-derecha español El Mundo.
"Queríamos iniciarlas en marzo, pero el proceso se ha paralizado por los recursos de inconstitucionalidad presentados contra la ley por algunos ciudadanos", precisó.
Desde que destituyó al entonces presidente islamista Mohamed Morsi en julio de 2013, Al Sisi, exjefe del ejército elegido presidente en mayo de 2014, es acusado por sus detractores de haber instaurado un régimen autoritario eliminando toda oposición.
"Tengo ante mí una difícil ecuación: mi labor es mantener la vida y la seguridad de 90 millones de egipcios o el caos. Si dejo que la gente haga lo que quiera, ¿Europa pagará los sueldos a los egipcios? (...) No me enjuicien desde sus propias ideas sin tener en cuenta la realidad sobre el terreno", agregó.
"Si este Estado se derrumba, la región irá al desastre y Europa sufrirá un daño terrible. Egipto no es ni Irak ni Siria ni Yemen, países que tienen más de 20 millones de habitantes cada uno. Nosotros somos 90 millones", se defiende.
"Hago todo lo que puedo hacer para proteger a los egipcios. Intento no llegar a situaciones de las que pueda arrepentirme", asegura, tras considerar que "Egipto está más cerca ahora de la democracia porque existe una voluntad política para respetar la voluntad de la gente".
"Los egipcios también pueden romper con Al Sisi si así lo desean", pero "si yo no hubiera intervenido, se habría producido una guerra civil", afirma.
Al menos 1.400 simpatizantes de Morsi murieron durante la represión lanzada por las autoridades tras su destitución. Más de 15.000 de sus simpatizantes fueron encarcelados y cientos condenados a muerte.
El poder se enfrentó también a la oposición laica y de izquierdas, encarcelando a decenas de jóvenes militantes por no respetar una controvertida ley que limita el derecho de manifestación.
Al Sisi se negó a responder a una pregunta sobre Morsi, condenado el 21 de abril a 20 años de cárcel, afirmando que compete a la justicia.