Joachim Gauck, pastor y militante de derechos humanos de la antigua República Democrática Alemana (RDA), fue elegido presidente de Alemania, un cargo esencialmente honorífico, durante una votación en el Parlamento.
Gauck, de 72 años, y sin afiliación política, obtuvo 991 votos sobre 1.232 durante la primera vuelta de la votación en la Asamblea Federal, que designa al presidente, anunció el presidente del Parlamento Norbert Lammert.
Superaba así a su única rival, la "cazanazis" Beate Klarsfeld,
"Acepto el voto", declaró Gauck ante la Asamblea Federal minutos después del anuncio del resultado.
"Qué domingo más bonito", exclamó, recordando que hace exactamente 22 años se celebraban las primeras elecciones libres en la República Democrática Alemana, pocos meses antes de la reunificación alemana, el 3 de octubre de 1990.
"Nunca olvidaré esas elecciones. Nunca", agregó emocionado el nuevo presidente alemán.
"Han elegido a un presidente que no puede pensar sin el ideal de libertad", agregó.
La Asamblea Federal está formada por los 620 diputados del parlamento (Bundestag) más los representantes de los estados regionales.
La elección de Gauck, que había militado a favor de las libertades y los derechos humanos durante el régimen comunista en la Alemania del Este, estaba garantizada en la medida en que todos los partidos, salvo Die Linke, la izquierda radical, lo apoyaban.
Die Linke, formado por disidentes socialdemócratas y ex comunistas estealemanes, había preferido apoyar a Beate Klarsfeld, residente en Francia, donde apoya la reelección del presidente Nicolas Sarkozy.
La elección presidencial anticipada fue motivada por la renuncia del conservador Christian Wulff al cabo de 20 meses de mandato debido a acusaciones de corrupción.
Después de la caída del Muro de Berlín, Joachim Gauck había supervisado durante diez años los archivos de la Stasi, la policía política de Alemania del Este, que poseía millones de ficheros sobre los ciudadanos de la RDA.
Esta oficina registró 2,8 millones de demandas de consulta de expedientes desde la caída del Muro. Eso lo convirtió en el enemigo acérrimo de la izquierda radical de Die Linke.
Además, alemanes del Este, en especial algunos de los fundadores del colectivo de opositores del Nuevo Foro, del que él fue portavoz, le reprochan su compromiso tardío con el movimiento de protestas del otoño de 1989.
Pese a todas las reticencias, Gauck es muy popular, especialmente en el oeste de Alemania. No pertenece a ningún partido y él mismo se define como un "conservador de izquierda liberal" y "patriota ilustrado".
Hace dos años aceptó ser candidato a la presidencia de la República.
Apoyado por los socialdemócratas del SPD y los Verdes, obligó ante la sorpresa general, al candidato de la mayoría Christian Wulff, víctima de una pequeña rebelión de algunos representantes de la coalición de Angela Merkel, a una tercera y última vuelta, que perdió por poco. Para la prensa siguió siendo el "presidente de los corazones".
La renuncia de Wulff lo propulsó de nuevo hace un mes a la primera plana del escena.
Su elección adquiere la apariencia de plebiscito, con el apoyo de las Uniones Cristianas (CDU/CSU) de Merkel, de su aliado liberal (FDP), del Partido Social-Demócrata (SPD) y de los Verdes.
Está separado desde hace tiempo de su esposa, con la que tuvo cuatro hijos, y vive en unión libre con la periodista política Daniela Schadt.