Ayer no se presentó el anunciado aluvión de izquierda. Unidos Podemos quedó de tercero y el PSOE perdió cinco escaños en comparación a diciembre. Desde hoy empiezan las charlas entre los partidos para formar gobierno
En las elecciones generales españolas no hubo “sorpasso”. En vez de confirmarse la alianza entre los diferentes partidos de izquierda, la sorpresa la dio el Partido Popular (PP) que logró conseguir 14 escaños más que en diciembre y presentarse como la principal fuerza política en España.
Al final de la noche el panorama electoral quedó repartido de la siguiente manera: Partido Popular obtuvo 137 escaños, Partido Socialista Obrero Español (PSOE) logró 85 escaños, Unidos Podemos consiguió 71 y Ciudadanos quedó en el último lugar confirmando que el centro fue una de las mayores víctimas de estas segundas elecciones.
En comparación con las elecciones de diciembre 20 de 2015 el PP creció significativamente pasando de 123 escaños a 137. Esta vez su estrategia fue el silencio, la modestia en la campaña y dejó la controversia de lado pasándole la polémica y las discusiones al PSOE y Unidos Podemos. Su crecimiento le permite reclamar lo que ellos han llamado: el respeto por la principal fuerza en el parlamento.
Visiblemente emocionado, con camisa remangada y miles de banderas de España y el PP, Rajoy habló buscando el consenso y las alianzas. “Este ha sido el discurso más difícil de mi vida”, dijo el actual jefe de gobierno y dejó ver que en esta ocasión su partido va ser el que va liderar las alianzas en el parlamento “a partir de mañana tenemos que hablar con todos”.
El PSOE, por su parte, respiró y tomó aire luego de unos meses terribles que avizoraban la debacle de la tradicional agrupación de izquierda. Los sondeos de Métrica y otras encuestadoras arrojaban unos resultados adversos en los que quedaba de tercero lejos de Unidos Podemos, situación que lo obligaba a pactar con Pablo Iglesias y su partido.
Pero no fue así y se confirmó que el PSOE sigue siendo la principal fuerza de izquierda pese al auge del radicalismo de Unidos Podemos que amenazó con convertirse en la primera opción de los españoles de esa tendencia política.
Los votos que obtuvo el partido liderado por Pedro Sánchez mostraron fidelidad y compromiso de parte de sus seguidores y, como dijo Alfredo Pérez Rubalcaba, ex ministro del interior de España, en momentos críticos el PSOE saca unos votos de la nada, de fieles fervientes que siguen creyendo en la socialdemocracia.
Sánchez culpó a Unidos Podemos por el ascenso del PP. “Espero que Iglesias reflexione sobre estos resultados. Tuvo la posibilidad de votar a un gobierno progresista y poner fin al gobierno de Rajoy, pero la intransigencia y el interés personal por encima del interés general ha permitido mejorar los resultados del PP”, dijo el líder socialista.
Precisamente Unidos Podemos fue el mayor decepcionado en esta jornada electoral. Esperaba convertirse en la principal fuerza de izquierda y llegar a más de 90 escaños, pero quedó atrás del PSOE y no pudo conseguir una fuerza parlamentaria sólida que le permitiera ser quien lidera los pactos en el parlamento para formar gobierno.
Pablo Iglesias se dirigió a su público y reconoció su tristeza. “Los resultados no son satisfactorios para nosotros. Esperábamos otros números”, anunció Iglesias, impactado por la imposibilidad de convertirse en la principal fuerza de izquierda.
En cuarto lugar Ciudadanos perdió 8 escaños en comparación a diciembre y quedó a merced de las alianzas. Albert Rivera, su portavoz, reiteró que su interés es buscar el consenso y el centro alejado de políticas populistas y corruptas, atacando abiertamente a sus adversarios políticos Unidos Podemos y Partido Popular.
Pactos
Si bien no se esperaba el crecimiento del Partido Popular ni la bajada de Unidos Podemos, sí se sabía que al final de la noche los partidos tenían que empezar analizar futuras alianzas en el parlamento para formar gobierno.
Pese a que el número de escaños ya está definido, los partidos aún no han dado pistas de cómo serían los acuerdos partidistas. Lo que es un hecho por el momento es que los pactos girarán alrededor del PP como principal fuerza política.
Ciudadanos, de centro derecha, parece estar más cerca al PP que a los demás. Su llamado a luchar contra la corrupción que existe en el gobierno español le impide, a primera vista, un pacto con el PP, que se ha visto involucrado en los principales escándalos de corrupción.
Rivera, sin embargo, siempre ha reiterado que por encima del interés partidista está el interés de España. Su llamado al consenso posiblemente lo puede llevar a pactar con el PP siempre y cuando quede claro que ante cualquier caso de corrupción la agrupación de origen catalana dejaría la coalición de gobierno.
Si el PP consigue pactar con Ciudadanos lograría 169 escaños en el parlamento quedando, todavía, a 6 escaños de los 176 necesarios para obtener la mayoría absoluta. Esta diferencia podría suplirse aliándose con los partidos nacionalistas vascos y catalanes, pero la mayoría de ellos están en contra de Rajoy por el manejo que le ha dado al tema catalán los últimos años.
Ante una posible de alianza también podría surgir una alianza de la izquierda, Unidos Podemos y PSOE, al que se le podrían añadir los nacionalistas. Esta alianza, sin embargo, sería débil por el número de escaños obtenidos ayer, obligando a buscar otras fuerzas para sellar un gobierno de coalición.
Finalmente la última opción sería que el PP y el PSOE se aliaran, hecho que parece imposible dada la férrea posición que ha defendido Sánchez en contra del gobierno de Rajoy. Pero durante las conversaciones partidistas todo puede pasar y no se ve fuera de contexto una alianza entre los partidos tradicionales.
El problema es y seguirá siendo la permanencia de Rajoy como jefe de gobierno. Seguramente el PSOE pediría que la colectividad de derecha presentara otro candidato, petición que el PP hasta el momento no está dispuesto aceptar.