Pondrán en cintura comercio de armas | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Abril de 2013

La AsambleaGeneral de la ONU adoptó ayer en Nueva York el primer tratado que reglamenta el comercio internacional de armas clásicas, sin alcanzar sin embargo un consenso entre todos los países miembros a pesar de siete años de negociaciones.

El texto fue aprobado por una fuerte mayoría de 154 votos a favor, 3 en contra y 23 abstenciones, entre estas últimas las de Rusia, China, India y los países latinoamericanos del ALBA.

Este tratado es el primero que reglamenta la venta de armas convencionales, un mercado de unos 60.000 millones de dólares al año, y el primer texto mayor sobre desarme desde la adopción de la prohibición de ensayos nucleares en 1996.

"Tras siete años de arduos trabajos que culminaron las dos últimas semanas, tenemos ante nosotros un documento equilibrado y robusto", dijo el embajador de Costa Rica ante la ONU, Eduardo Ulibarri, al presentar el texto impulsado por un centenar de países (entre ellos Argentina, Colombia, México, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia).

 

Los peros

 

Este mismo documento de 15 páginas negociado en Nueva York durante diez días había sido bloqueado el jueves pasado por Corea del Norte, Siria e Irán, imposibilitando su adopción por consenso. Estos tres países votaron en contra en la votación por mayoría simple llevada a cabo ayer.

A estos rechazos se sumaron las abstenciones de potencias como Rusia, China e India. Los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua también optaron por esta alternativa.

"Se ha decidido forzar ante la Asamblea General de la ONU una decisión que no ha logrado el consenso esperado", afirmó el embajador cubano, Rodolfo Reyes, denunciando que el texto otorga "privilegios a los principales países exportadores" a la hora de evaluar si se debe hacer una venta o no.

Luego de la votación de ayer, cada país queda ahora libre de suscribir o no el tratado y ratificarlo.

El convenio entrará en vigor luego de su ratificación por un mínimo de 50 países, un proceso que podría llevar de uno a dos años, según el diplomático australiano Peter Woolcott, que presidió la conferencia en la que se negoció el texto.

Para Woolcott, el hecho de que no se haya alcanzado un consenso no modifica las expectativas: "Tendría un poco más de legitimidad si hubiese sido adoptado por consenso pero al fin y al cabo lo importante es la implementación", explicó.

 

Lo que implica

 

El principio del tratado consiste en que cada país debe evaluar, antes de toda transacción, si las armas vendidas pueden ser utilizadas para eludir un embargo internacional, cometer un genocidio y otras "violaciones graves" a los derechos humanos, o caer en manos de terroristas o criminales.

En todos estos casos, el país exportador estará obligado a rechazar la transacción.

Las armas incluidas van desde las pistolas hasta aviones y barcos de guerra, pasando por los misiles. La lista no comprende a los drones, los transportes blindados de tropas y los equipos destinados a las fuerzas del orden.

El tratado incluye todas las transferencias internacionales (importación, exportación, tránsito) y la intermediación.

Estados Unidos, el principal abastecedor de armas del planeta con 30% del mercado y que había hecho fracasar una negociación en julio pasado, indicó estar listo para firmar el convenio, aunque su ratificación por el Congreso no es segura.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo esperar que el texto ayude a "reducir el riesgo de que la transferencia internacional de armas convencionales sea utilizada para perpetrar los peores crímenes mundiales, incluyendo terrorismo, genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad", según un comunicado.

De su lado, la Coalición de Control de Armas, que representa a más de 100 organizaciones no gubernamentales en 120 países, celebró de inmediato el voto en la ONU y pidió comenzar cuanto antes el proceso de firma y ratificación del tratado.

"Es un momento increíble. Por primera vez en la historia, tenemos un trabajo internacional legalmente vinculante que regulará el negocio mundial más mortífero, el comercio de armas", dijo una responsable de Oxfam, Anna Macdonald, citada en un comunicado.

Construcción de confianza, la clave

 

La Alta Representante de las Naciones Unidas para Asuntos del Desarme, Angela Kane, había instado el lunes a los Estados miembros a trabajar en la construcción de la confianza y en hacer que los organismos de la ONU que se dedican al tema dejen de ser solamente escenarios para deliberaciones.

Al hablar en la inauguración de la sesión sustantiva de la Comisión de Desarme, Kane recordó que no ha cambiado la desconfianza, razón por la que ese órgano fue fundado hace 61 años.

“En muchas formas, afrontamos hoy los mismos temores, y muchos de los retos más graves a la paz y la seguridad internacional son meras reflexiones de esa situación”, dijo Kane.

Añadió que la desconfianza es un factor que alimenta la inestabilidad en el Oriente Medio y en el sur y el norte de Asia, además de ser responsable de las votaciones divididas en la Asamblea General sobre resoluciones acerca del desarme.

Kane sostuvo que un buen resultado de las deliberaciones sería establecer el escenario para el alcance de un nuevo consenso sobre el desarme nuclear.

Según la Oficina de la ONU para los Asuntos de Desarme, la cantidad del gasto militar en todo el mundo se eleva a un billón 339 mil millones contra 19 mil millones dólares asignados a la lucha contra el hambre y la malnutrición.

 

Colombia, papel clave

 

Colombia jugó un papel clave en todo el proceso para la aprobación del tratado.

Precisamente el pasado 18 de marzo el Embajador y Representante Permanente de nuestro país ante las Naciones Unidas, Néstor Osorio, lideró la delegación nacional que participó en la Conferencia Final de las Naciones Unidas relativa al Tratado sobre Comercio de Armas (TCA o ATT en sus siglas en inglés), cuyo objetivo era concluir la elaboración del tratado en la materia alcanzado ayer.

Esa Conferencia fue convocada en virtud de la Resolución 67/234 de la Asamblea General de Naciones Unidas, y presidida por el Embajador australiano Peter Woolcott, y contó con la participación de los Estados miembros, Organismos Internacionales y Organizaciones No Gubernamentales.

Así mismo, se rigió por el reglamento aprobado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el TCA, que tuvo lugar en julio de 2012 y tomó como base para la negociación el proyecto de texto del tratado presentado por el Presidente de dicha reunión.

Colombia ha jugado un importante papel con su activa participación en la construcción de esta iniciativa que venía impulsando Naciones Unidas desde 2006 y que buscaba crear un marco jurídico que regule el comercio internacional de armas convencionales, garantice las transferencias responsables e impida la desviación de las mismas hacia el mercado ilícito.

En este sentido, nuestro país hizo parte,  junto con  Bahamas, Belice, Chile, El Salvador, Guatemala, Jamaica, México, Perú, Trinidad y Tobago, y Uruguay, del Grupo de Amigos de América Latina y el Caribe del Tratado sobre Comercio de Armas.

La delegación colombiana la integraron funcionarios del Ministerio de Defensa Nacional, en particular del Departamento Control Comercio de Armas (DCCA) y la Policía Nacional; la Misión Permanente de Colombia en Nueva York ante las Naciones Unidas; y la Dirección de Asuntos Políticos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Esa Conferencia terminó la semana pasada sin consenso por lo que se debió acudir al pleno de la ONU para votar, lo que finalmente pasó ayer.

Precisamente, el presidente Juan Manuel Santos señaló a finales de enero que la Celac-UE (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños-Unión Europea) formularon en su Declaración, tras una cumbre en Chile, un llamado para que la ONU trabaje en un control más riguroso al comercio de armas.

“La Declaración de la Cumbre Celac – Unión Europea hace un llamado para que en el seno de las Naciones Unidas se trabaje en ese control más estricto en el comercio de armas”, afirmó el Mandatario.

El Mandatario señaló a los periodistas, que como se ha dicho tantas veces, y como “lo hemos dicho también tantas veces nosotros”, tanto el tráfico de armas como el de drogas están “íntimamente ligados” y vienen generando graves problemas.