A rey muerto, rey puesto. Después que Enrique Peñalosa reconociera la derrota frente al nuevo alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro Urrego, comenzó el trabajo fuerte, no solo por los miles de problemas que tiene desde hace muchos años la ciudad para resolver, sino porque debe comenzar a conformar cuadros con otros movimientos o partidos para la gobernabilidad.
Después del discurso del triunfo, Petro dejó entrever que buscará los consensos y diálogos con los grupos políticos, pero que de ninguna manera hará coaliciones con líderes que se encuentren manchados por la corrupción.
Aunque en los corrillos políticos se afirma que Petro no tendrá problemas para el manejo del Concejo de Bogotá donde se aprueban los proyectos para el desarrollo que tienen que ver con los recursos, porque ha sido congresistas y tiene el manejo de la corporación.
Aunque tiene las probabilidades para una efectiva gobernabilidad, EL NUEVO SIGLO conoció que no tendrá relaciones básicamente con los concejales cuestionados y principalmente en los Partidos de La U y el Polo Democrático Alternativo.
No es que el nuevo alcalde se haya ensañado contra las dos colectividades sino que existen razones de peso. Además que siempre fue un duro crítico de los dos gobiernos del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, fue quien denunció los falsos positivos, y frente al Polo Democrático Alternativo, aunque en marzo del año pasado fue su candidato a la Presidencia de la República, hizo un estudio sobre el cartel de la contratación que ha sido insumo para la Fiscalía General en torno a llamar a indagatoria preliminar a diecisiete concejales.
Hay que tener en cuenta que de los once concejales que tiene el Polo, los cuatro que seguirán en 2012 – Celio Nieves, Álvaro Argote, Venus Albeiro Silva y Orlando Santiesteban- no tienen mancha por el cartel de la contratación.
Pero la situación no será fácil para el nuevo gobierno en el sentido de crear una coalición mayoritaria en el Concejo de Bogotá, debido a que los partidos Cambio Radical, Liberal, Verde y Conservador tienen integrantes en las listas que ha sido llamados por la Fiscalía para que aclaren sobre la posible participación en el cartel de la contratación.
El día D
Desde anoche y hasta antes del 10 de febrero de 2012, cuando se escoge el primer presidente del Concejo para el periodo, se especulará sobre la coalición mayoritaria, pero ese día quedará selladas las alianzas para los próximos cuatros años como ha sucedido en las dos últimas décadas.
Si en tres meses la mayoría de concejales no son llamados a investigación por la Fiscalía, seguramente la coalición tendrá una mayoría absoluta, o mejor, se le quitará un dolor de cabeza al nuevo mandatario.
Los que están fijos para liderar la coalición la encabeza el movimiento de gobierno, Progresistas, seguidos de Cambios Radical, Liberales, Conservadores, Verde y PIN. No se incluyen los dos concejales del Mira porque nunca pertenecen a la coalición y por lo general votan negativo los proyectos.
En este sentido, el gran ganador de las elecciones del domingo, Carlos Vicente de Roux, 37 mil votos de opinión, deberá trabajar duro para buscar la gobernabilidad con la nueva Administración del Distrito Capital, no sólo porque obtuvo la mayor votación entre los cuarenta y cinco concejales, sino porque le corresponderá liderar el proceso.
Este título no es gratis para De Roux. Tradicionalmente, el Concejal que obtiene la mayor votación, si está en la coalición mayoritaria le corresponderá un año como presidente de la corporación capitalina.
El problema para De Roux es que no tiene muchos amigos en el Concejo y al contrario tiene demasiados detractores. Durante su permanencia en la curul de la bancada del Polo en un principio sus compañeros decían que era un excelente corrector de estilo porque hacía que los proyectos no tuvieran problemas sintácticos y en varias iniciativas que hoy son cuestionadas por la Fiscalía General de la Nación, hizo salvedad de voto.