LAS ELECCIONES regionales y locales dejaron un nuevo mapa político en Colombia en el que es claro que la izquierda y el gobierno Petro terminaron siendo los grandes derrotados, salvo contadas excepciones, en tanto que los candidatos de partidos o coaliciones de centro y centroderecha primaron en la votación de gobernaciones, alcaldías, asambleas departamentales, concejos municipales y Juntas Administradoras Locales (JAL).
Esa realidad se hace más patente en las principales ciudades capitales, en donde hubo un voto castigo a los mandatarios de izquierda e independientes elegidos en 2019, la mayoría de los cuales apoyaron al hoy presidente Petro en su fallida campaña de 2018 y celebraron su llegada a la Casa de Nariño en la contienda del año pasado.
Los triunfos sólidos de Carlos Fernando Galán en Bogotá, Federico Gutiérrez en Medellín, Alejandro Éder en Cali, Alejandro Char en Barranquilla, Jaime Andrés Beltrán en Bucaramanga o Dumek Turbay en Cartagena, ciudades que hace cuatro años vieron llegar a alcaldes de izquierda o independientes, evidencian que la ciudadanía determinó en las urnas la necesidad de un viraje político de fondo. Se inclinó claramente contra el continuismo político e ideológico.
Para nadie es un secreto que Claudia López, Daniel Quintero (quien renunció semanas atrás) o Jorge Iván Ospina han tenido una gestión muy accidentada y prueba de ello son sus altos porcentajes de desfavorabilidad.
Si bien la mandataria capitalina es hoy una fuerte crítica del presidente Petro, tiempo atrás fue su aliada, en tanto que Quintero y Ospina han respaldado de forma permanente la gestión del gobierno de izquierda y este ha salido en varias ocasiones como su principal escudero.
Si se analiza el resultado de la jornada de ayer, queda claro que el Pacto Histórico, que en marzo del año pasado fue la lista más votada al Senado (20 escaños) y conquistó 25 curules en la Cámara, al tiempo que se impuso tanto en primera como en segunda vueltas de las elecciones presidenciales (sumando 11,2 millones de votos por Petro en el balotaje), no pudo reflejar ese potencial electoral ayer en la contienda por los ejecutivos y legislativos regionales.
Al decir de todos los analistas, la ciudadanía a nivel nacional votó marcadamente contra una gestión presidencial que ha sido muy accidentada, al punto que el jefe de Estado tiene una desaprobación que bordea el 65 %, en tanto que la calificación de su gobierno es también muy baja debido a las crisis en materia política, económica, social, institucional y de orden público, así como a la racha de escándalos, las polémicas reformas, la inestabilidad ministerial, los descaches en varias políticas públicas, la cresta inflacionaria o la incertidumbre en temas de primer orden, entre otros aspectos.
Duros golpes
El golpe más grave al petrismo, sin duda alguna, se configuró en la capital del país, el segundo cargo de elección popular más importante del país y ciudad de la cual el hoy jefe de Estado fue alcalde años atrás. El candidato de la coalición de izquierda, Gustavo Bolívar, exsenador y principal escudero gubernamental, no solo fue ampliamente superado por Galán (49 % contra 18 % de los votos), sino que además terminó tercero en la competencia, superado por el independiente Juan Daniel Oviedo.
En el resto del país, si bien aspirantes del Pacto o los verdes ganaron gobernaciones como las de Amazonas (aunque anoche había voto finish), Nariño, Boyacá o Casanare, así como alcaldías como las de Leticia, Tunja, Mitú o Quibdó, lo cierto es que el petrismo y la izquierda en general no solo perdieron en las principales capitales, sino que sus apuestas fuertes por hacerse a gobernaciones como las de Atlántico, Antioquia o Córdoba, fracasaron estrepitosamente.
Por ejemplo, en Sucre, Mario Alberto Fernando Alcocer, primo de la primera dama, Verónica Alcocer, perdió la Gobernación ante Luz Inés García Montes, una de las familias políticas más fuertes y tradicionales de ese departamento.
En el Tolima los conservadores le ganaron con Magali Ortiz al hermano del ministro de Salud, que tenía el apoyo de liberales y el Pacto Histórico.
En el Magdalena, si bien el movimiento de izquierda Fuerza Ciudadana, del gobernador Carlos Caicedo (reconocido aliado de Petro), retuvo la administración departamental, anoche peleaba voto a voto la Alcaldía de Santa Marta, que tendrá que definirse en escrutinios.
También hubo voto castigo al presidente de la Cámara, el liberal Andrés Calle, a quien han señalado de ser muy cercano al Gobierno e incluso maniobrar para que avance el proyecto de reforma a la salud. Su hermano no alcanzó a conquistar la Gobernación de Córdoba.
En Pasto, otrora fortín de la izquierda, se impuso Nicolás Toro, respaldado por varios sectores liberales de vieja y nueva data.
Centroderecha
Los partidos de centroderecha tuvieron un desempeño más positivo de lo esperado. Anoche los resultados preliminares en materia de votación para asambleas y concejos municipales mostraban que el liberalismo y el conservatismo se ratificaban como las colectividades con mayor base en estas instancias departamentales y municipales.
Los conservadores ganaron gobernaciones como las de Bolívar y Tolima, así como alcaldías como la de Manizales. Los triunfos del uribismo en Antioquia o Arauca son muy significativos. También es claro que la victoria de William Villamizar en Santander o la del general (r) Juvenal Díaz en Santander constituyeron otros mensajes de desaprobación a la accidentada gestión presidencial en estos primeros quince meses, sobre todo en materia de política de seguridad. Cambio Radical tuvo, empezando por Atlántico, triunfos clave en el mapa político regional y local.
Aun así, es claro que el uribismo perdió en apuestas como la de Cundinamarca, en donde la reelección de Jorge Emilio Rey estaba cantada, al igual que la de Rodrigo Villalba en el Huila.
La casa Char se puede considerar una ganadora intermedia de los comicios, pues logró que Alejandro Char accediera a un tercer mandato en Barranquilla, pero perdió la Gobernación, que ahora pasa a manos del liberal Eduardo Verano de la Rosa, que con el apoyo de la mayoría de los partidos dio cuenta del aspirante apoyado por el Pacto.
De otro lado, el excandidato presidencial Federico Gutiérrez no solo arrasó en Medellín al candidato del petro-quinterismo, sino que un candidato avalado por su partido ganó la Gobernación del Quindío. En San Andrés, el clan Gallardo logró hacerse de nuevo a la Gobernación.
En cuanto a los partidos a los que el Consejo Nacional Electoral les revivió en el último año la personería jurídica, el Nuevo Liberalismo fue el que más avanzó, empezando por la Alcaldía de Bogotá o la alianza que triunfó en Florencia o San José del Guaviare. La Nueva Fuerza Democrática, a su turno, ganó la Alcaldía de Arauca
Las alianzas multipartidistas de partidos de centro y centroderecha, en su mayoría, se impusieron en Yopal, Popayán, Valledupar, Montería, Ibagué, Mitú, Neiva, Villavicencio, Armenia y otras ciudades.
Como se ve, contrario a lo que el Pacto Histórico planificaba un año atrás, en cuanto a que tenía la capacidad electoral suficiente y la fuerza que daba ser gobierno, para reflejar su potencial político en el mapa político departamental y municipal, las urnas demostraron ayer que en menos de quince meses la coalición de centroizquierda se desgastó sustancialmente y el país volvió a girar al centro y la centroderecha, enviándole un mensaje de desaprobación fuerte a la Casa de Nariño. Mensaje que tendrá implicaciones a corto, mediano y largo plazos.