En la historia de la ciudad nunca se había registrado que el cargo de Veedor Distrital repitiera periodo como sucedió con María Consuelo del Río Mantilla, quien estuvo en la administración de Luis Eduardo Garzón y Samuel Moreno Rojas.
Del Río Mantilla, veedora Distrital que entrega el cargo el 31 de diciembre, estuvo ocho años al mando de la entidad nombrada por el alcalde de turno, pero con la salvedad de que el mandatario no podía removerla del cargo. En estos últimos cuatro años, mientras la Contraloría y Personería estuvieron salpicadas por bochornosos escándalos, la Veeduría sale bien librada.
EL NUEVO SIGLO: Entre los tres organismos de control en Bogotá, la Veeduría Distrital salió limpia ante los escándalos de corrupción. ¿Por qué?
MARÍA CONSUELO DEL RÍO MANTILLA: Hemos hecho un trabajo con efectividad que no puede ser cuestionado. La Veeduría Distrital es un órgano de control preventivo del Distrito. Al hacer un balance de los informes de entrega de fin de año, encontramos que produjimos más de 85 mil recomendaciones y esto quiere decir que hay una dinámica importante a nivel de lo que nos corresponde, que es lo preventivo, con unos recursos muy limitados, tanto a nivel financiero como humano.
ENS: Usted es la única veedora en Bogotá que fue designada en dos ocasiones, administración Luis Eduardo Garzón y Samuel Moreno Rojas ¿Por qué?
MCDRM: He hecho un trabajo que ha posicionado a la Entidad. La Administración Distrital reconoce el trabajo de la Veeduría Distrital y goza de gran credibilidad entre la ciudadanía. Es una entidad fortalecida porque hemos hecho un trabajo serio, técnico, juicioso y transparente. Muestra de ello es la Medalla Luis Carlos Galán Sarmiento de lucha contra la corrupción que nos otorgó el Congreso de la República en el año 2007 y la Certificación de Gestión de la Calidad que obtuvimos por parte del Icontec en el 2010.
ENS: ¿Cuál es su balance del cuatrienio frente a la corrupción?
MCDRM: Sin duda hubo hechos que ante los ojos de la ciudadanía pudieron presentarse como hechos de corrupción y eso generó una mala percepción. No obstante, así como hay hechos que impactan negativamente hay otros muy positivos para la ciudad, que infortunadamente se desconocen. De otra parte, manifestar que todos los servidores públicos son corruptos es una falta a la verdad y está minando la buena gestión. Por supuesto que ha habido casos contrarios a la probidad y de ineficiencia administrativa, pero no se puede pensar que ésta sólo se gesta en el sector público, sino también en una sociedad que debe moralizarse.
ENS: ¿En sus ocho años como Veedora, cuál fue el caso más aberrante que tuvo frente a la corrupción?
MCDRM: Recuerdo un hecho significativo en el que se afectó una contratación con una cooperativa y las 20 Alcaldías Locales, que tenía que ver con adecuación de vías y parques. En un principio, se veía bien en lo formal, pero cuando la Veeduría Distrital entró a verificar acuciosamente la contratación en cada uno de los gobiernos locales encontramos problemas de fondo, como por ejemplo que esa cooperativa entregaba estados financieros distintos a cada Alcaldía y ponía paralelamente al mismo ingeniero de obra e interventor; por supuesto estos hechos demuestran una clara falsedad.
De inmediato trasladamos lo pertinente a la Fiscalía General de la Nación, pero allí se generó una ruptura de la unidad procesal al decidir abrir investigación en cada Localidad y de esta manera no se podía evidenciar lo que nosotros pusimos en conocimiento de manera conjunta. Al final logramos que se hiciese una investigación, cuyos resultados hoy desconozco.
ENS: ¿Por qué hay sectores políticos que indican que la Veeduría no denunció sobre el “cartel de la contratación”?
MCDRM: Porque cuando se ejerce un cargo de alta visibilidad que representa a la ciudad siempre hay enemigos políticos, con motivos o sin ellos. Aquí hay unos claros casos de enemistad política, pero yo vine a hacer una gestión que hoy en día es reconocida por unos sectores sociales que me interesan mucho más y que ha generado una respetabilidad para la Veeduría Distrital. De otro lado, la gente desconoce las muchas recomendaciones que generamos porque no las hicimos a los medios de comunicación, sino que consideramos que nuestra obligación es hacérselas al Distrito. Nosotros trabajamos para una mejor gestión, no para el efecto mediático.
ENS: ¿Usted le advirtió a Samuel Moreno Rojas sobre los problemas de corrupción?
MCDRM: Como lo dije, hicimos más de 85 mil advertencias y recomendaciones a las entidades del Distrito, a los hospitales y a las Alcaldías Locales. En el caso de la Fase III de Transmilenio, la primera entidad que advirtió sobre los retrasos y las faltas en el cronograma fue la Veeduría Distrital. En varias ocasiones cité a la entonces directora del IDU, quien siempre contestó que nosotros no entendíamos la fase de preconstrucción y que no teníamos los lineamientos, cuando lo que hicimos fue hablar de la falta de compra de los predios, de la falta de estudios y diseños; en otras palabras, que no teníamos la capacidad técnica, pero los hechos mostraron lo contrario.
ENS: Hace siete años, el alcalde de ese entonces Luis Eduardo Garzón aceptó la renuncia a los 20 Alcaldes Locales. Dicen en los círculos políticos que por el informe de la Veeduría sobre posible corrupción. ¿Es cierto?
MCDRM: Esta renuncia de los Alcaldes Locales tuvo relación con la contratación con esa cooperativa a la que ya me referí y se asoció con el tema de rendición de cuentas de las Localidades, en que el Alcalde Garzón decidió, con acierto, renovar ese gabinete local y consideró que podía tener mayor transparencia poniendo mujeres al frente. Éste fue un ejercicio de inclusión reconocido en el Distrito y todavía hay mucha gente en la ciudad que para referirse a las Localidades habla de las alcaldesas locales. Esto tuvo un impacto importantísimo de gestión, pero sobre todo de transparencia.