Iniciativa da un año de plazo para reorganizar las localidades capitalinas

Fue aprobado en primero de cuatro debates el proyecto que busca reformar el Estatuto Orgánico de Bogotá.

El proyecto, radicado con el apoyo mayoritario de la bancada capitalina, recibió su primer sí ayer en la Comisión Primera de Cámara.

"Mediante la reforma de cuatro puntos específicos del Estatuto Orgánico de Bogotá (Decreto ley 1421 de 1993) buscamos que las alcaldías locales sean más eficientes y cercanas a la ciudadanía, saldando así una deuda con Bogotá, que lleva 25 años aplicando una normatividad que en materia de localidades requiere una actualización urgente", afirmó el representante José Daniel López, de Cambio Radical, autor de la iniciativa.

La reforma cuenta con un año de preparación. Es el resultado de mesas técnicas con la Cámara de Comercio de Bogotá, Pro-Bogotá, 10 visitas a Juntas Administradoras Locales y la retroalimentación de la Alcaldía Mayor, la Veeduría Distrital, la Contraloría y la Personería de Bogotá.

La reforma busca actualizar las competencias de los alcaldes locales, con el fin de racionalizarlas y concentrarlas en fomento y fortalecimiento de la participación ciudadana; atraer a los mejores profesionales al cargo de alcalde local, igualándolos en términos de rango, requisitos y remuneración a los secretarios de despacho; y fortalecer la gestión de las Juntas Administradoras Locales, dotándolas de la facultad de control político.

Reorganizar localidades

La iniciativa propone darle un año al Alcalde Mayor a partir de la sanción presidencial para que tramite en el Concejo de Bogotá la reorganización del número de localidades, alterando de manera significativa la cartografía de la capital del país.

“El punto más flaco que tiene la administración distrital está en las alcaldías locales y tenemos que cualificarlas, enfocarlas y acercar a la ciudadanía a las mismas. Ese es el gran propósito. Este es un proyecto que por primera vez cuenta con un consenso bastante amplio con Representantes independientes, del gobierno y de la oposición”, le dijo hace poco el representante López a EL NUEVO SIGLO.

Sobre la posibilidad de que el proyecto llegue a buen puerto, el exsecretario de Gobierno de Bogotá, Héctor Riveros, le señaló a este Diario que hoy hay capacidad política por parte de los congresistas elegidos por Bogotá y “veo a una bancada bogotana actuando más o menos unificadamente, cosa que no había ocurrido en el pasado. Ya sacaron la doble vuelta para elegir alcalde entonces, no veo porque no podrían sacar este proyecto”.

Para el concejal Diego Molano, del Centro Democrático, Bogotá necesita con urgencia una modificación al Decreto 1421, que de acuerdo con él, se creó después de la Constitución de 1991 para una ciudad que tenía la mitad de la población que hoy sustenta y una dinámica urbana completamente diferente a la que tiene en la actualidad.

“El Estatuto se ha quedado obsoleto para la realidad de Bogotá, y en particular porque definió las 20 localidades que ya había y desde entonces no se ha creado ninguna nueva. La diferencia es que Bogotá ya no tiene 3 millones de habitantes; tiene 7.200.000”, expresó Molano, para quien “hacer una modificación al ordenamiento de las localidades beneficiaría a la convivencia y al orden de la ciudad”.

Delimitación de funciones

Según el representante López, un punto clave del proyecto es que busca actualizar las funciones de los alcaldes locales para que se concentren en la participación ciudadana.

“Vamos a concentrarnos en cinco competencias, todas ellas asociadas a la participación ciudadana para que los alcaldes locales sean sobre todo articuladores entre las demandas y las necesidades comunitarias, y las decisiones que toma la administración distrital”, señaló.

Como ya se mencionó, el proyecto que ahora pasa a la plenaria de la Cámara les dará a los alcaldes locales requisitos, rango y salarios de secretarios de despacho para atraer a los mejores profesionales de cada localidad al cargo de alcalde local, para que hagan parte del gabinete del Alcalde Mayor, y tengan voz en la toma de decisiones.

“Yo creo que el problema de las alcaldías está en definirle sus competencias más que su jerarquía. Mientras se mantenga una ambigüedad frente a las tareas de las alcaldías, subirles el sueldo y los requisitos no sirve de nada. Por eso precisar la precisión de sus funciones me parece bueno”, señaló Riveros.