La reingeniería de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) propuesta por el presidente Juan Manuel Santos debe empezar por su Consejo Presidencial, declaró Rubén Vélez, secretario General del Parlamento Andino.
Para el funcionario, si la cabeza falla, falla el resto, incluyendo la futura integración con el Mercado Común del Sur (Mercosur), con la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
¿Cómo recibe el Parlandino la iniciativa de hacerle una reingeniería a la CAN?
Yo creo que es muy importante y es la mejor oportunidad que pueda tener el Parlamento Andino para hacer algunas propuestas, que las ha venido haciendo desde antes, en esta decisión del Consejo Presidencial Andino relacionada con una reingeniería.
¿Por dónde debería empezar esa reingeniería?
En la Comunidad Andina no se ha explicado desde qué punto de vista se va a reorganizar.
La Comunidad Andina es una organización internacional que involucra muchas instancias propias y externas, con funciones determinadas en algunos casos en la Carta Magna fundacional.
Entonces tenemos, entre otros organismos, el máximo de todos según el Acuerdo de Cartagena, que es el Consejo Presidencial, y desde ahí hay que hacer una reingeniería.
¿Por qué?
Porque en el Acuerdo de Cartagena se habla de mínimo una reunión anual del Consejo Presidencial, como máximo organismo, pero, dice, con los órganos e instituciones.
Y lamentablemente el mismo Consejo Presidencial ha estado fallando. No se ha reunido regularmente. No se ha convocado a reuniones plenas de los órganos e instituciones. Antes se les convocaba y se recibía un informe de los órganos e instituciones.
Lamentablemente yo diría, con un poco de atrevimiento, que se realizaba una reunión de “trastienda”. En otros eventos se acordaban de la Comunidad los Presidentes y decían “hagamos esto” y ya.
Por eso hay que celebrar que el presidente Santos haya acordado una reingeniería para revisar las obligaciones y los deberes incluidos en el Acuerdo de Cartagena.
Un síntoma de la crisis de la CAN…
Yo digo que los mismos Presidentes tienen que verse, porque los procesos de integración están en manos de los ejecutivos; y cuando hablo de los ejecutivos hablo también del Consejo de Cancilleres, que da la misma pena que el de Presidentes, porque el Consejo de Cancilleres es el que maneja la política exterior.
El Consejo de Cancilleres es el que ve si hay una relación bilateral o una relación multilateral, dependiendo de qué tipo de integración se quiera hacer, si es una integración política, si es una integración comercial…
La falla comienza en la cabeza…
Efectivamente; este abandono de la cabeza, de las máximas autoridades del proceso de integración, está haciendo que falle todo, porque si falla la cabeza falla el resto.
Entonces ahí vendríamos a hablar de crisis. Está fallando el resto. ¿Y qué quiere decir el resto? Las instituciones que manejan el proceso de integración, que se someten al Derecho Internacional a través de tratados, que es donde está lo que quieren los Gobiernos.
Allí habría que hablar también de los vínculos con otros procesos de integración…
Entonces, son ellos los que determinan la importancia de la Comunidad Andina versus, por ejemplo, Mercosur, porque desde el principio está el anhelo de una integración continental. Y entonces, hay eslabones. La Comunidad Andina es un eslabón. El Mercosur es otro eslabón. Si juntamos esos dos eslabones en puntos de convergencia, en puntos de interés común, estamos hablando de una tarea de Unasur suramericana; y si integramos Mercosur y CAN con América y el Caribe, estamos hablando de una integración latinoamericana que recién se acabó de fundar: CELAC. Sino que con el Caribe pueden presentarse otros inconvenientes, porque hay territorios que todavía tienen relaciones con países europeos.
Ese es el lado positivo de la crisis…
Entonces, ¿que no hubo crisis? Yo sí digo que hubo crisis. Y a veces esas crisis motivan la reflexión de las máximas autoridades, que son los responsables directos de una organización internacional.
Por eso comencé diciendo que felicitaba la decisión del presidente Santos que dijo “esto camina o no camina”. Hay que ser sincero con uno mismo y decir “camina, y qué camina y qué no camina” y acabar con lo que no camina.
Entonces acá hay un grupo de órganos que debemos ser revisados. En mi criterio, el propio Consejo Presidencial, el propio Consejo de Cancilleres deben saber en qué y para qué van a luchar y en qué temas, y si van a sesionar o no van a sesionar, tanto la parte administrativa como la parte de fondo. Qué sistema queremos.