Mucha tinta se ha usado a propósito del regaño del presidente Donald Trump a su colega Iván Duque, criticando la cooperación de Colombia en la lucha antidroga.
Como lo publicó oportunamente EL NUEVO SIGLO, hace unos quince días Trump mostró impaciencia ante el crecimiento de producción de cultivos de hoja de coca en Colombia, expresando que “salen más drogas desde Colombia que cuando” Iván Duque “no era presidente”, asegurando que el mandatario colombiano era un buen hombre pero “no hace nada por nosotros”.
La andanada, que fue completada días después con comentarios del mismo calibre, por supuesto que cayeron mal en Colombia, en especial en las filas gubernamentales.
Sin embargo, el secretario de Estado, Mike Pompeo, vino el fin de semana a aclarar que Washington considera que el crecimiento de narcocultivos es una herencia del gobierno Santos.
El senador Carlos Felipe Mejía recordó que “es lo que desde el Centro Democrático hemos repetido hasta el cansancio, que nademos en coca es culpa de Juan Manuel Santos y su acuerdo de impunidad”.
El también senador Antonio Sanguino, de la Alianza Verde, le replicó que “los gringos los abofetean y ustedes ponen las rodillas ante ellos y voltean la cara para escupir a los colombianos. Qué alienación tan grande y que dignidad tan pequeña”.
La tesis de que se trata de un problema heredado ha sido esgrimida por varios altos funcionarios del Gobierno y ayer la reiteró el embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, quien explicó que la lucha antidroga la hace Colombia "no porque Estados Unidos lo imponga, es porque es una necesidad; esas 200 mil hectáreas de coca son incentivo a la violencia, al asesinato de líderes sociales".
El representante en Washington reconoció en diálogo con RCN Radio que actualmente en Colombia hay 200.000 hectáreas de coca "que nos dejó el presidente Santos. Cuando llegamos el 7 de agosto de 2018 encontramos la capacidad de interdicción reducida en un 85%. Usted no sabe el desastre que había", asegurando que "recuperar eso ha sido muy difícil porque ha habido un desmonte y eso requiere de tiempo".
El embajador Santos confió en que este año "se estabiliza" la lucha antidroga en Colombia "y el otro año empieza a bajar" la producción y el área sembrada, por cuanto "es en dos año cuando usted empieza a ver resultados muy importantes, eso no es de un día para otro, la herencia fue tan funesta que pararlo no va a tomar el tiempo absolutamente necesario".
Para Santos, el anterior gobierno "dejó al país sin aspersión, que es un elemento que no es la solución definitiva pero es muy importante sobre todo en los cultivos industriales, por ejemplo en Putumayo o en Nariño", al tiempo que aseveró que "los hechos se van a dar", haciendo referencia al trabajo que realizará el gobierno Duque.