¿Qué hay detrás de la precandidatura de Marulanda? | El Nuevo Siglo
Diez años trabajando llevaba Iván Marulanda trabajando con Sergio Fajardo y su movimiento Compromiso Ciudadano. /AFP-ENS
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Martes, 29 de Septiembre de 2020
Redacción Política

La renuncia del senador Iván Marulanda al movimiento Compromiso Ciudadano –que lidera el exgobernador antioqueño Sergio Fajardo– para postularse como precandidato presidencial de la Alianza Verde, ha motivado las más diversas reacciones, todas las cuales se preguntan cuál será el papel que va a jugar el político pereirano en la contienda electoral de 2022.

La dimisión es un acto simbólico, porque Marulanda fue elegido senador en las listas verdes, pero como parte del acuerdo político suscrito por esas organizaciones políticas con el Polo Democrático para configurar la Coalición Colombia, que obtuvo el 27 de mayo de 2018 para la primera vuelta presidencial 4.602.916 votos por Fajardo en fórmula con Claudia López, solo superados por las duplas Gustavo Petro-Ángela Robledo (4.859.069) e Iván Duque-Marta Lucía Ramírez (7.616.857).

Con Marulanda fueron varios los cuadros de Compromiso Ciudadano incluidos en las listas de la Alianza Verde en Cámara y Senado, siendo elegidos él y la representante por el Valle del Cauca, Catalina Ortiz.

Retiro

En su carta de retiro, Marulanda recuerda que llevaba 10 años vinculado al movimiento y que meses atrás le había manifestado a Fajardo su intención de no continuar teniendo doble filiación.

Efectivamente, señaló, “di un paso que venía madurando desde hace algunas semanas. He dicho a las autoridades del partido que acepto participar en el proceso de selección de candidato a la Presidencia de la República”.

La verdad es que Compromiso Ciudadano no tiene personería jurídica y aunque ha estado siempre cerca de los verdes nunca se integró a este partido. En 2010, cuando Fajardo fue fórmula vicepresidencial de Antanas Mockus, sus candidatos a la Cámara se inscribieron en las listas de la Alianza Social Independiente (ASI), logrando ser elegido Juan Manuel Valdez, por Antioquia, mientras se quemaba la lista propia (denominada Selección Colombia) al Senado. En 2014 solo salió elegido Edgar Alexander Cipriano por Guainía.

El senador verde Antonio Sanguino (que ha sonado como otro posible precandidato) le dio la bienvenida a Marulanda “al proceso de construcción de propuesta programática presidencial y selección de candidatura de la Alianza Verde”.

¿Y Petro?

Paradójicamente, como los verdes son una federación de tendencias, Marulanda tiene por ahora solo un contendor por la candidatura presidencial: el exgobernador Camilo Romero, quien llegó del Polo, de donde salió junto con Gustavo Petro y otros dirigentes, arribando con varios de ellos el 26 de septiembre de 2013 al V Congreso Nacional del Partido Verde en el que fue votada favorablemente la asociación con el movimiento Progresistas, naciendo la actual denominación de la colectividad: Alianza Verde.

Marulanda tiene por ahora solo un contendor por la candidatura presidencial: el exgobernador Camilo Romero, quien llegó del Polo, de donde salió junto con Gustavo Petro y otros dirigentes

Es una paradoja, porque precisamente Petro, hoy senador del movimiento Colombia Humana (sucesor de Progresistas), trinó este martes a propósito de la carta de Marulanda que “es un buen candidato. Debería buscar un gran acuerdo nacional con reformas para hacer transitar a Colombia hacia ser un país productivo, pacífico y democrático. Buen viento. Importante que el verde definiera oficialmente si quiere una consulta con nosotros o no”.

También el senador Gustavo Bolívar, de la Lista de la Decencia, consideró que “si no se deja enredar con vetos a Petro lo esperamos en una consulta amplia, Iván”.

Y es que ese es el gran debate en esas toldas. Mientras los petristas verdes obviamente prefieren ir a una consulta con Petro y otros sectores alternativos, tendencias como la peñalosista prefieren caminos diferentes y hablan de impulsar una gran alianza de centro, para lo cual quisieran hablar con Fajardo, el exsenador Juan Manuel Galán y el exvicepresidente Humberto de la Calle.

Para Petro esta opción solo busca excluirlo y por lo tanto dividir un electorado que en la segunda vuelta presidencial de 2018 sumó 8.034.189 votos. De hecho, es recurrente que se vuelva a la discusión sobre si habría podido sumar más apoyos y si ese propósito se frustró por el anuncio de exgobernador Fajardo y el senador Robledo de votar en blanco.

Así, serían cinco los precandidatos de la izquierda en el partidor: Petro, Marulanda, Romero, Robledo y eventualmente Fajardo.

Protagonismo

Marulanda, reconocido heredero del galanismo (en 1986 llegó al Senado como uno de los cinco integrantes de la bancada del Nuevo Liberalismo que encabezaba Luis Carlos Galán), tomó especial protagonismo en el Congreso al liderar la propuesta de la oposición de establecer en Colombia una renta básica de emergencia para atender a los ciudadanos de menos recursos de cara a la reactivación económica poscuarentena y en ese contexto fue postulado a la presidencia del Senado, aunque esa dignidad la tenía asegurada su actual ostentador Arturo Char, de Cambio Radical.

Al aceptar la aspiración, manifestó que “en este momento me corresponde ponerle cara a la indignación y al malestar del pueblo colombiano por el daño que se ha causado a la democracia, al llevar al Congreso nacional al descredito y su debilidad institucional. Han anulado al Poder Legislativo, lo han convertido en apéndice de los gobiernos y en su servidor obsecuente”.

De todo esto surgen las conjeturas sobre si el papel de Marulanda podría ser el de quintacolumnista de Fajardo para alzarse con la candidatura verde y llevar la colectividad a una consulta de centro.

Sin embargo, hay otra posibilidad, porque en su simbólica candidatura a la presidencia del Senado aglutinó a la variopinta oposición parlamentaria al gobierno de Iván Duque, poniendo de acuerdo a congresistas petristas, polistas, verdes, indígenas y farianos. Desde ese punto de vista, Marulanda podría ser un factor de unidad capaz de disputarle a Petro la candidatura presidencial de la izquierda en 2022.

 Marulanda podría ser un factor de unidad capaz de disputarle a Petro la candidatura presidencial de la izquierda en 2022.

Propuestas

Algunos de los puntos que podrían estar en su programa de gobierno se desprenden de sus propuestas parlamentarias, entre las que se destaca, como ya se mencionó, la renta básica de emergencia consistente en un salario mínimo legal vigente de $877.000 mensuales por hogar y por un periodo inicial de tres meses, seguido por un periodo de dos meses en el que se haga una transferencia del 50% de un salario mínimo legal vigente mensual por hogar.

Más allá de esos cinco meses, la propuesta, secundada por más de medio centenar de senadores (es decir, toda la oposición sumada a varios independientes e incluso algunos oficialistas), busca que los programas de transferencias monetarias existentes sean reemplazados por un programa único y permanente, denominado renta básica ciudadana.

Otra propuesta es un tema en el que acompaña el proyecto radicado por congresistas opositores e independientes para prohibir el uso del glifosato o cualquiera de sus derivados en la implementación de la política nacional de drogas.

En concordancia con lo anterior, Marulanda propone la regulación del cannabis y la hoja de coca. Para él, con la política prohibicionista se “le ha entregado la economía colombiana a las organizaciones criminales, que además ha sido muy trágica y dolorosa para la historia del país”.

“El alcohol y el tabaco que son de libre consumo y comercialización en Colombia, muestran disminuciones importantes frente al consumo de mercados que todavía están prohibidos, lo que demuestra que la prohibición no resuelve el volumen de consumidores, mientras que la liberación sí”, ha argumentado, anotando que “no podemos seguir exponiendo a Colombia a esta matanza del prohibicionismo. El prohibicionismo nos ha llevado a la tragedia del poder de las mafias en Colombia, por cuenta del mercadeo y la producción de estas sustancias. Este tema debe ser tratado como un asunto de derechos humanos y de salud pública”.

Específicamente sobre la hoja de coca, Marulanda propende por una regulación que distinga el tipo de producto (psicoactivo o cocaína, del no psicoactivo como alimentos y cosméticos a base de coca), el tipo de uso (problemático, no problemático, científico y farmacéutico) y la etapa en la cadena de valor (cultivo, transformación, distribución, comercialización y consumo).